Crónicas del barrio, la ciudad y el mundo

Crónicas del barrio, la ciudad y el mundo
Casuales casualidades, me llevaron a nacer... en Montevideo

viernes, 17 de mayo de 2013

Acá se hizo todo a pulmonía...

Acá se hizo todo a pulmonía...

Hoy estoy triste. Ayer se fue el primer socio de mi club, el 25 de Agosto.

Falleció Victor Rodriguez. Junto al Pocho Vergara fueron los primeros directivos de la institución que empezó como una barra de muchachos futboleros de la esquina.

Por otro lado estoy contento, ya que tuve la suerte de conocerlo y admirarlo. Cuando ingresé a jugar en el primero, por 1990, un hincha me lo presentó orgulloso: “Te presento al socio No. 1 del club”. Este título a él no le gustaba y enseguida se encargaba de desmitificar con una sonrisa y un abrazo. Yo había jugado en varios clubes y nunca me habían presentado al número 1, era todo un honor. Y Víctor con más de 80 años seguía participando, iba a algún partido, a los aniversarios, a algún asado.

Hace más de diez años, en el 2001, le hice una larga entrevista donde me contó como empezó todo, en un crudo invierno de 1948. En sus palabras transmitía de una forma muy simple y sabia, algunas certezas que hoy día viene bien refrescar.

 ”Sabés lo que me gusta de este club, yo empecé a los 18, tengo 72 y toda la gente que se inicio acá, seguimos viniendo. Estamos viendo gente del 48 hasta ahora. El club ha crecido en base a eso.”

“Yo siempre pensé que para que un individuo quiera al club, tiene que hacer algo por el club. Si pinta una pared, la va a defender, no va a querer que nadie se la ensucie. Si coloca un vidrio no va a querer que nadie se lo rompa. Hay que darle para que hagan, para que colaboren. Acá todo el mundo colaboró.  Acá se hizo todo a pulmonía.”

“Tuvimos la suerte de tener un barrio que nos apoyó, nos apoyó muchísimo, gente más vieja que nosotros, de 30, 40 o 50 años cuando nosotros teníamos 18, 20. El padre de Palito Blanco, Greco, siempre gente que daba un consejo, colaborando, trabajando. Nosotros teníamos un respeto por esa gente y nos respetaban a nosotros.”
  
Víctor, más que el primer socio fue el primer trabajador del club. Su esfuerzo y el de muchos anónimos han logrado levantar esta gran familia del veinte, un humilde y digno club del barrio Montevideano de Villa Dolores.

En estos momentos donde el valor del trabajo y el respeto están muy venidos a menos, donde los problemas "me los tiene que resolver alguien", cuando el PIT-CNT sale a rescatar el valor del trabajo, aclarando que no quiere atorrantes en los sindicatos, viene bien recordar algunas de las claves que Víctor entiende que están en el progreso del club: el arraigo al barrio, el trabajo colectivo y la participación de la gente.

Hace poco hemos escuchado declaraciones del ídolo del momento que van en ese sentido, Leandro García Morales confiesa que él no es un habilidoso o un iluminado, simplemente se muestra como alguien que  trabaja mucho: entre otras cosas, todos los días ensaya mil tiros libres.

Cerrando esta nota, se nos presenta con alegría la mirada profunda de Víctor Rodríguez, las cejas espesas y afiladas, la sonrisa siempre bien dispuesta y el saludo de abuelo macanudo a toda la botijada que corretea por la cancha de la calle Méndez Nuñez.

Como frase final de despedida para Víctor entonamos un "Qué brille", el tradicional grito de victoria del tuentifai:

Qué brille nuestra casaca
Colores de corazón
De aquel cuadro de barrio
Que ha sido el vencedor
Y el coro una vez más
Ra! Ra! Ra!
El veinte volvió a ganar
Volvió a ganar, volvió a ganar

Si quiere leer la entrevista completa la puede ver en: http://dosimani.blogspot.com/2013/05/entrevista-victor-rodriguez-en-el-2001.html

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