Crónicas del barrio, la ciudad y el mundo

Crónicas del barrio, la ciudad y el mundo
Casuales casualidades, me llevaron a nacer... en Montevideo

viernes, 29 de marzo de 2013

Aquilino y su acordeón

Sobre cómo los 10 años del Centro de Fotografía de la IMM, el negro Aquilino y su acordeón, 20 años de casados y las bodas de oro de los tíos abuelos, entran en una foto en blanco y negro de Lauro Ayestarán.

Viajando 10, 20, 50 años, en una foto en blanco y negro.


El Centro Municipal de Fotografía cumplió 10 años. “Diez años sin palabras” reza el eslogan. A su brillante labor se incorpora una exposición de fotos del musicólogo Lauro Ayestarán, conmemorando los 100 años de su nacimiento. La muestra incluye imágenes blanco y negro de musiqueros de todos los departamentos, obtenidas junto a grabaciones de temas del folclore popular, entre los años '40 y '66. La exposición está en la fotogalería al aire libre del Prado durante todo abril, junto al Rosedal. Las fotos están acompañadas por el audio de las grabaciones originales de Ayestarán en su equipo “portátil” de 30 kgs. de peso, que lo acompaño en tren y en la Onda por todo el país. Se pueden ver bandoneonistas, acordeonistas, guitarreros, payadores, cantores de canciones infantiles, armoniqueros y tamborileros. A estos últimos dedicó los últimos años de su vida en sus estudios de la década del 60.

Los que tenemos raíces en el interior, hemos escuchado anécdotas de estos viejos humildes que alegraron las fiestas, las calles, los bailes, los carnavales, las paradas de ómnibus, los boliches y los trenes a lo largo y ancho del Uruguay. 

Me emocionó especialmente encontrar una foto del negro Aquilino Pío y su acordeón. Era todo un personaje en el Salto Oriental, de donde viene mi padre.
Entre la muestra de fotos aparecen unos afiches originales con los horarios de salidas a todo el país de la compañía de ómnibus ONDA y de la Estación Central de Trenes de AFE, con notas del propio Lauro Ayestarán. 
Esto es lo que faltaba, no quedó otra que irse de viaje. En el camino aparecieron los recuerdos, los sueños y quizás lo que nunca sucedió, pero que fue así…

Bodas de oro es algo difícil de ver. En mi vida, yo solo fui a dos. Una hace poco, de mis suegros; y la primera de chico, en Salto, la de mis tíos abuelos Tití y Santos Mendoza. Visualicé a los dos viejitos y a su lado a Aquilino tocando sus polcas, chotes, mazurcas, valses, chamamés y toda su música norteña.  No sé si fue verdad. Yo era muy chico y mi padre ya no se acuerda.

El domingo invité a mis viejos a comer a casa. Les conté de la exposición, de Aquilino y de las bodas de oro de los tíos abuelos. Al viejo se le iluminaron los ojos. Empezó a hablar, su relato era a media lengua, fruto de los años y las nanas. Perfectamente entendí lo que me quería decir. Lo seguí y nos fuimos de viaje a Salto. Partimos bien temprano en la Onda de la Plaza Libertad. Todavía no estaba la ruta 3 y de Paysandú a Salto fuimos por un camino a campo traviesa. “Unos barriales bárbaros, había que abrir como 7 tranqueras”. Pasando por Chapicuy, levantamos al negro Aquilino que nos deleitó con su música. Luego de los ravioles disfrutamos en youtube una filmación de Aquilino. La fiesta fue completa, nos conectamos por un rato y fuimos felices.

Esta semana cumplímos 20 años de casados con mi señora. A la fiesta invitamos al “musiquero-cordeonista” y luego de unas emotivas palabras del padrino Marcelo, empezó el baile. Con la melodía de varias polcas bailamos apretaditos. Paso saltado y alegre, levantando tierra, a la luz del fuego, en un claro del bosque de eucaliptus atrás del arboreto Lussich. Llegaron invitados de Montevideo y de Puerto Mont, también de Chiloé donde pasamos nuestra luna de miel. Desde su descanso en las nieves eternas de allende la cordillera, se hizo presente la abuela Tola, madrina de bodas. Nos acompañó con una carcajada, empujó mi mano por debajo de la cintura de mi mujer, se sonrió cómplice, y con su tono chileno nos dió su bendición: “Un peyizco en el poto para los dos”.

 
Tatita que si
Tatita que no
Se vai Aquilino pa´ Constitución
Se vai Aquilino pa´ Constitución

(fragmento de un tema de Aquilino Pío) 


Si quiere iniciar el viaje pa´Constitución, o para donde lo lleve la música, oprima aquí-> http://www.youtube.com/watch?v=9j2JmAIRtZ8

Si quiere ver la exposición de fotos completa en internet: http://cdf.montevideo.gub.uy/exposicion/musicos




viernes, 22 de marzo de 2013

El otoño del tren fantasma

Empieza el otoño en el Parque Rodó. Un buen lugar para pasear en media estación y llevarse un pequeño susto en algunos de sus juegos. 

Recobecos de Montevideo, el Parque Rodó


 Señor, señora,  ¿qué hacer para que su hijo chico no esté tantas horas sentado frente a la tele y/o la computadora?  

Bien fácil, déle un buen susto decadente. El Tren Fantasma del Parque Rodó le facilita la tarea por solo 40 pesos. Usted mete al gurí en el vagoncito y mientras espera que arranque entra  en clima con los gritos de alguna adolescente que subió con el novio en el carro anterior.
Aproveche a asustarse, le queda poco. Parece que la Intendencia de Montevideo presentó un proyecto para modificar toda la parte de juegos. Con los tiempos de la IMM, dentro de 15 años quizás, el Tren Fantasma volará, así como los autitos chocadores y otras “atracciones mecánicas” linderas al parque violeta.

Con pocos pesos, una torta frita, un churro relleno, una garra o un pop acaramelado el pop, ambientan gastronómicamente la fiesta.

Después de tremendo susto, lleve al párvulo a dar una vuelta en las siempre románticas lanchitas a pedal del lago. Si es en el atardecer mejor. Los rayos amarillos, casi horizontales atraviesan las copas de los árboles a ras del agua. En las islas pululan los gansos, conejos, benteveos, gallinetas, cuervos, garzas blancas y las infaltables palomas.

Si mira con atención, puede encontrar una de las manifestaciones más dramáticas del reino vegetal: un higuerón abrazando una palmera hasta ahorcarla. Es como un cuento de terror. Esta especie de higuerón es una planta áerea y parasita de las palmeras. Empieza alto, cerca de la copa. Como una víbora va creciendo, contorneando la palmera. Cuando llega al piso echa raíces y se potencia. Con los años termina tapando totalmente el tronco de la palmera y la estrangula, la palmera cae y el higuerón hecha nuevas raíces, vuelve a enderezarse y sigue creciendo imparable. Una historia de amor que termina mal.

Señor, señora, dele la bienvenida al otoño en el segundo parque más antiguo y el más lindo de la ciudad. Pague 30 pesitos, pedalee en el agua y busque las dos palmeras con higuerones abrazados que hay en las islas. No se demore mucho, hay una a la que le queda poco.


El otoño es una segunda primavera, cuando cada hoja es una flor. 

Albert Camus

viernes, 15 de marzo de 2013

El redotao

Hacer la crónica de una derrota en la hora…. 
¿Cómo sacar algo positivo de un descalabro estruendoso, y ponerle un poco de olor a viernes?

El deporte tiene revancha

En el jugador siempre está la esperanza de volver a ganar, entrenar para superarse y volver a competir y medirse con los rivales. Eso nos motiva a seguir adelante.

Y ojo, no hay que confundir revancha con venganza ni con revanchismo, que no tienen nada que ver.

Durante diez años le ganamos casi todos los partidos a los veteranos de básquet de Defensores de Maroñas en la categoría mayores de 35. Con nuestro equipo del club 25 de agosto completo o con equipos diezmados, igual ganábamos. El año pasado se integran a nuestro rival dos jugadores jóvenes, uno de ellos de los mejores de la divisional. Defensores se entrena semanalmente, tiene jugadas, se supera y se toma la revancha: nos empezaron a ganar. Y de qué forma, ayer por 29 puntos. Como quien dice, perdimos en la hora.

Dicen que se aprende de las derrotas. Hay algunas que son difíciles de procesar. Creo que la única forma es con humor, reírnos de nosotros mismos y redoblar el esfuerzo.

Brindemos por las glorias pasadas y por las que vendrán.

Hablando de derrotas y revanchas, quiero saludar a mis amigos bolsos que pensaron que esta crónica era para ellos; ayer sufrieron la revancha y también perdieron con los vecinos de la Boca del Riachuelo.

Nada mejor que Les Luthiers para ilustrar con humor estas grandes derrotas en “Ya el sol asomaba en el poniente”. Acá va parte de la letra:

CORONEL:
¡A las armas, a la batalla, a la...!
¡Caballería montar y al abordaje!.
Hagan fuegoo, señores. Fuegoo, ¿quién me da fuego?.
A ellos, a ellos, esos de uniforme color caqui.
Pelotón, avanzar. ¡Nooo para allá!
Pelotón, media vuelta
¿No sabeis volver?
Retaguardia ????
Al redoble con honor ????
¡Descanseen!
¡Cambiar de parejas!
¡La hora refereeee!
CORO:
El fragor de la lucha ya se extingue,
por doquier, de la muerte la amargura.
Ya el odiado enemigo se distingue
alejándose de prisa en la llanura.
Ya los fieros enemigos se alejaron,
no resuena el ruido de sus botas,
nos pasaron por encima y nos ganaron,
nos dejaron en derrota.
Perdimos, perdimos, perdimos otra vez.
Si quieres escuchar la versión original oprime aquí: http://www.youtube.com/watch?v=Es7Ug6AOxaw
 

viernes, 8 de marzo de 2013

Comienzo de clases

Empezaron las clases. ¿Empezó el sufrimiento? ¿Hay lugar para el placer?

La verdadera educación consiste en obtener lo mejor de uno mismo
Mahatma Gandhi

Mi hijo mayor acaba de ingresar a la facultad de Ingeniería de la UdelaR. Vino asustado de las primeras charlas de “bienvenida”. “Estudiar ingeniería es muy sufrido”. “Salvan muy pocos”. “De 1200 solo 60 pueden rendir el primer examen”.

Por más que la realidad sea complicada y los números cantan, no me parece bueno  recibir a los gurises con un susto.

Está bien trasmitir que hay que hacer un gran esfuerzo por estudiar y superarse, pero no está bueno enseñar a sufrir.
Me llevó más de 30 años aprender a disfrutar del estudio. Cuando me pude sacar el sayo de sufrido y áspero ingeniero-uruguayo empecé a gozar de poder estudiar un libro, una nueva metodología para poder resolver los problemas cotidianos del trabajo, una nueva técnica, o  simplemente,  saber un poquito más.

Estudiar aporta a la búsqueda interior de que es lo que nos gustaría hacer, habilita a  trabajar en lo que nos interesa, y en definitiva colabora en la búsqueda de la felicidad, que es la mejor medida del “éxito” de una persona.


  
No se puede enseñar nada a un hombre; sólo se le puede ayudar a encontrar la respuesta dentro de sí mismo.
Galileo Galilei 

Nunca consideres el estudio como una obligación, sino como una oportunidad para penetrar en el bello y maravilloso mundo del saber.
Albert Einstein

No podéis preparar a vuestros alumnos para que construyan mañana el mundo de sus sueños, si vosotros ya no creéis en esos sueños; no podéis prepararlos para la vida, si no creéis en ella; no podríais mostrar el camino, si os habéis sentado, cansados y desalentados en la encrucijada de los caminos.
Celestin Freinet

viernes, 1 de marzo de 2013

Una escalera al cielo


Ser recibido en tu por hogar por tu hijo mayor con una música al mango que hacía mucho tiempo que no escuchabas y que era tuya, de tu juventud. 

El ya es grande, es mayor de edad. Yo me sigo sintiendo joven pero estoy más grande, por no decir un poquito más viejo.

Una escalera al cielo

La semana pasada murió Raúl Ballefín. Técnico de la selección uruguaya de básquet en la década del 60 y luego periodista durante muchísimos años. En mis primeros años de liceo, por los 80, escuchaba religiosamente el programa que conducía junto a Ruben Vázquez “Basquetbol por dentro” a las 13 hs. en CX38 Emisora del Sodre.

En esos años llegaron los primeros norteamericanos a jugar y la tele trasmitía 3 veces por semana los partidos del campeonato Federal. Me sabía de memoria las integraciones de todos los equipos de primera, aun hoy las recuerdo. Todos los que jugábamos en las inferiores -así se llamaba y no formativas como ahora-,  imitábamos en las prácticas los gestos, el caminar, los modismos de interpretar el básquet que trajeron los primeros extranjeros. Hablábamos en inglés trucho, nos hacíamos los “Guaresnei”. No sé cuál es la traducción, probablemente era una zanata del inglés que escuchábamos de nuestros ídolos. Google translator tampoco sabe que quiere decir. Solo nosotros sabíamos.

Raúl Ballefín y “Basquetbol por dentro”, indirectamente me introdujeron al rock progresivo a través del programa “Meridiano Juvenil” que estaba un rato antes, a las 12 hs. en la misma radio. Ahí me empecé a enganchar con una música media extraña pero atrapante: Pink Floyd, Led Zeppelin, Yes, Jethro Tull, Génesis entre otros. 

En enero pasé unos días en mi casa de Montevideo solo con mi hijo mayor. Pudimos compartir algunas charlas muy lindas y nos dimos algunos gustos. Un día me recibió con “Una escalera al cielo” de Led Zeppelin sonando a todo volumen, llenando toda la casa. Estuvimos solos, charlando de la música, de autores de la década del 70 y le conté como a través del básquet llegué a la música progresiva.

Busque la letra de la canción en google, y la verdad que la traducción me mató. La letra no dice lo que yo imaginaba en mi inglés medio bastardo. Me quedo con la música, con lo que me sugería y lo que yo me imaginaba que decía. 

Al igual que guaresnei, no se puede contar ni traducir.


Si la quieres escuchar oprime aquí.>  “A stairway to heaven” de Led Zeppelin