La Gran
Pirámide del básquetbol uruguayo se ha ido achicado, quedó mocha, perdió su punta y su base con el vaciamiento o cierre de muchísimos clubes barriales. Además, los jugadores
de veinte años se van a jugar ligas particulares o universitarias por fuera de
la Federación (FUBB), y las selecciones nacionales no ganan más, integradas por jugadores de 6 clubes de la calle Rivera hacia el sur y los clubes del litoral.
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¿El tamaño
importa?
Uruguay 1997- ultimo título sudamericano |
Acabamos de disfrutar
la clasificación al mundial de Rusia en fútbol. En un país de poco más de 3
millones de habitantes, esto es posible gracias a un proceso de selecciones
nacionales del maestro Tabárez que aprovecha una fortaleza del país: una gran
pirámide con una base donde el 85 % de los niños uruguayos juega o ha jugado al
futbol.
En el básquetbol
estamos cada vez más lejos de un triunfo internacional. Acá no vale el argumento
de que somos chiquitos en medio de dos colosos o que no tenemos altos, apelando al síndrome del enano quejoso, que siempre sirve para tapar nuestras
incapacidades.
No es un problema de tamaño, las actuales potencias europeas de básquetbol,
son más o menos del tamaño nuestro (Lituania, Croacia, Eslovenia, Serbia) y nos
muestran que se puede.
El problema está en la base de la pirámide, que se ha achicado mucho.
El problema está en la base de la pirámide, que se ha achicado mucho.
La vieja
Gran Pirámide
Hace unos
pocos años, el básquetbol metropolitano de Montevideo (que representa la mitad
de la población del país) llego a tener 5 divisionales, sumado a las ligas del interior, con campeonatos nacionales de mayores y juveniles.
En el área
metropolitana (que es la que conozco más) sobreviven 3 divisionales, con equipos que pelean por seguir
existiendo en segunda y tercera, algunos dejan de competir, otros reaparecen, con muy poca gente
trabajando para los clubes y cada vez menos hinchas que los hagan
sustentables.
Me podrán
decir que quizás no había lugar para tantos clubes, puede ser, pero en baby fútbol
yo no veo que hayan desaparecido un 30% de los equipos en los últimos 30 años
como si pasó en el básquetbol
Público hay,
en primera cada vez se venden más entradas, el problema es la sostenibilidad de
las instituciones de segunda y tercera y la concentración de poder en muy pocos
equipos, lo que empobrece el proceso de selecciones nacionales.
Profesionalización
de los jugadores
Con la Liga Uruguaya de Basquetbol inaugurada en 2003, se juegan los torneos
en forma alternada con el Metro y con la DTA (Tercera). Ahora tenemos un
grupo bastante reducido de jugadores que juegan unos meses en el Metro y el
resto en la Liga o en la DTA. Esto ha llevado a la profesionalización de los
mismos, ha encarecido los costos, ha envejecido el promedio de edad (hay
jugadores que siguen jugando con cerca de 40 años) y lo que es peor no ha
mejorado el nivel de nuestro básquet (argumento utilizado por quienes están a
favor de este formato).
Esta
estructura ha taponeado y expulsado a jugadores jóvenes, que con 20 años deben
seguir su camino en las ligas Amateur, Montevideo y Universitaria, fuera de la FUBB.
Como
evidencia de nuestra decadencia, hay que recordar que este año perdimos con
Paraguay y Ecuador en las selecciones formativas y hace 20 años que no tenemos un título internacional.
El Metro
Los clubes
del metro, incluido el mío -25 de Agosto-, hacen un esfuerzo sobre humano por
poner en cancha equipos muy costosos, como para
salvarse del descenso. Muchos de esos clubes llevan poco público a sus
partidos, no tienen gente, no hay cantinas o están vacías. Estos clubes
resisten en base al trabajo de muy poquitos dirigentes y allegados, que quedan
agotados. Con el tiempo se cansan y se van para la casa o arrancan a colaborar
en la federación, hartos de aportar horas y dinero sin lograr hacer
instituciones autosustentables.
La formación
de los jugadores de 3 divisionales
La mayoría
de los jugadores son formados en los 5 o 6 clubes de la costa, que foguean a
sus sub-23 en los clubes del metro y tercera. Estos jugadores sub 23 generalmente han
participado de selecciones nacionales y tienen un nivel muy superior al de los
jugadores oriundos de segunda o tercera. Dada la reglamentación vigente, si uno
no los incorpora, las posibilidades competitivas se ven muy reducidas, ya que la mayoría de los clubes si los incorpora. Si te la jugás por los oriundos y luego ganás 4 o 5 partidos, no te va a ver nadie, ni los parientes. Ya ha pasado.
La camiseta
ya fue.
Cuando el
torneo Metropolitano llega a instancias decisivas, los jugadores que vienen de
los clubes de primera empiezan las pretemporadas en los mismos, llegando a
jugar partidos clave de los play off, duros como una piedra.
Otro problema de esta estructura es que a fin de
temporada, muchos de los jugadores se empiezan a cuidar las piernas, evitando
lesiones que les compliquen su próximo contrato con un club de primera o tercera.
A lo largo de la vida deportiva, los jugadores pasan por 10 o 15 clubes, transformándose
en profesionales apátridas, que no pertenecen a ningún club en especial.
Todo esto,
bastante feo de pensar y asumir, se podría evitar si los jugadores
de primera son unos, los de segunda otros y los de tercera otros. Si andan
bien, podrían lograr un pase a una divisional superior, pero para la temporada siguiente.
El descalce
social y la expulsión de jóvenes
Los
jugadores de veinte años de segunda y tercera, "expulsados" por el
sistema actual, se van recalientes con sus clubes, porque
entienden que los dirigentes prefieren jugadores que vienen de primera antes que promoverlos
a ellos, que fueron "nacidos y criados" en el club. Es muy difícil de
ver y entender, que el nivel que existe en segunda es muy superior al que
ellos tienen y en caso de armar un equipo solo con los oriundos, es casi seguro
de que te comas una bolsa de 50 puntos por partido.
Poco podemos
aportar a la formación de los ciudadanos a través del deporte, si el mensaje
es: “cuando llegues a los 20 años te vas
a tener que ir a la mierda, porque en tu club es imposible que juegues”. Este mensaje
es el mismo que el Uruguay daba a sus jóvenes hasta hace muy poco tiempo, "si querés desarrollarte y crecer te
tenés qe ir a otro país". Hoy en día, por suerte, la cosa cambió, y no
solo los ciudadanos no se van, sino que vienen de otros países a buscar su
felicidad aquí. Pasamos nuevamente de ser un país de emigrantes, a ser un país
de inmigrantes.
¿De donde
salen los cuadros dirigentes?
La mayoría
son ex-jugadores de los clubes. Si los jovenes jugadores se van calientes porque entenden que el club no los
promovió, es muy probable que en 15 o 20 años los clubes de segunda y tercera
se queden sin dirigentes.
Ya es difícil
armar equipos de veteranos pues los jugadores actuales de más de 35 años, han jugado
en 10 clubes y no pertenecen a ninguno. Esto se nota en los torneos de 35 y 40
años de la Unión de Veteranos de basquetbol, donde ha disminuido notoriamente
la cantidad de equipos participantes y de los pocos que hay, varios que no representan a ningún club.
Cambiemos
Es
absolutamente necesario cambiar la estructura actual de los torneos
metropolitanos. Primera debe jugar simultáneamente con segunda y tercera. Es la única
forma de agrandar la pirámide, de que los clubes puedan jugar con
"sus" jugadores, de que estos se puedan seguir integrados a sus instituciones
y proyectarse en un futuro como dirigentes. Además de hacer los torneos más
competitivos, más parejos, donde lo económico no influya tanto, los clubes
serán más viables y sostenibles en el tiempo, además de ser instrumentos sociales de educación,
desarrollo y fortalecimiento de la sociedad.
Ojalá el básquetbol
pueda aprovechar este momento de crecimiento del país y del ejemplo de la
selección de futbol para revertir su decadencia internacional.
Acá no vale
echarle la culpa a la FUBB o la televisión, ya que la FUBB somos nosotros, los clubes que
votamos u omitimos votar, manteniendo esta estructura que nos ha
empobrecido en los torneos internacionales, ha concentrado el basquetbol en unos
pocos clubes y no colabora con el desarrollo social y deportivo de la
mayoría de las instituciones, que cada vez son menos y más chicas.
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Para recordar "cuando les íbamos a ganar":
Los Olímpicos de Jaime Roos, grabado en 1997,
año de nuestro último título sudamericano de basquetbol
año de nuestro último título sudamericano de basquetbol
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