Crónicas del barrio, la ciudad y el mundo

Crónicas del barrio, la ciudad y el mundo
Casuales casualidades, me llevaron a nacer... en Montevideo

viernes, 31 de mayo de 2013

La música merece la alegría

Hoy me desperté soñando. Si, con el sueño en la punta de la lengua y haciendo fuerza para seguir soñando. Soñé con tres amigas.

La primera, Marianela, de cuarto año del Zorrilla, donde compartimos el año con José y Diego en el liceo de la dictadura, año 1981.
Una vez fui a estudiar a la casa de Marianela. Tenía hermanos más grandes,  que luego me enteré militaban en la FEUU clandestina. En su casa,  cometimos uno de los primeros actos prohibidos, conspirativos de que tengo memoria. Sabíamos lo que estábamos haciendo. Giramos un cassette TDK en un aparatito mágico que hacía poco había empezado a llegar a un Uruguay enloquecido por el dólar barato: un radiograbador. El doble cassetero AIWA hizo volver a cantar a los Olimareños. Hacía diez años que no los escuchaba, yo no entendía mucho porque habían desaparecido del dial uruguayo. Tampoco entendía mucho como me sabía todas las canciones si no tenía memoria consciente de ellas. Años después me pasó lo mismo, cuando Los Olima volvieron al país, en el estadio Centenario, canté por dos horas viejas canciones que no recordaba que sabía.

Luego de Maraniela, en el sueño aparecieron Inés e Isabel, amigas de los veinte años. Nos cruzamos  a fines de los ochenta, etapa de los comienzos de la democracia con sus ilusiones y desilusiones. Ellas tenían unos años más que yo, me introdujeron a muchas cosas, de las más importantes y que me acompañan todos los días: la música popular brasileña (MPB), la aventura de vivir y el Brasil. A este último aprendimos a querer en varios viajes a Florianópolis, Río de Janeiro, Ouro Preto y la Bahía de todos los Santos.

Por ellas conocí a Caetano Veloso, Chico Buarque, María Bethania, Gal Costa y los tríos eléctricos en vivo. Luego vinieron varias noches y días, esperando la salida de la luna llena en una chacra de camino Mendoza en las afueras de Montevideo, o a la orilla del atlántico escuchando, divagando, caminando, junto a Caetano y su hermana Bethania.

Sobre el final del sueño me surgió la duda: ¿Por qué aparecían las 3 amigas juntas en el sueño?

Antes de despertarme develé el misterio:  las junté a las tres, las presenté pues no se conocían y les dije:

¡Gracias por la música!

É a vida, é bonita y é bonita
viver e não ter a vergonha de ser feliz
cantar e cantar e cantar
a beleza de ser um eterno aprendiz
eu sei,  que a vida devia ser bem melhor e será
mas isto não impede que eu repita
é bonita, é bonita e é bonita
(de Gonzaginha)

Si quieren ver y escuchar la versión más linda de "La vida es bonita" ("O que é o que é") en la interpretación de María Bethania hagan click aqui:
http://www.youtube.com/watch?v=aO_nM5rZclw



viernes, 24 de mayo de 2013

Buen día Montevideo.


Nada mejor que desayunar con una sonrisa y un efusivo “buen día”. El saludo a la jornada que comienza, los deseos, las esperanzas y la alegría de estar vivos, resumidos en esas dos palabritas mágicas. 

Hoy puede ser un gran día

Con un ¡Buongiorno per la matina! nos recibía mi abuela, hija de tanos, mientras preparaba su mate dulce en un vasito. Y nos miraba con un esbozo de sonrisa cuando nos íbamos temprano a estudiar, esperanzada de que a nosotros nos toque una vida menos sufrida de la que le tocó a ella, mujer, en la cultura machista del campo.

Buen día vecina decía la letra de un cuplé de la feria que escribimos para la Murga La Gran Pamaity por el 2001. Y cada vez que la cantábamos, nuestra amiga alemana Ursula, se reía. Le encantaba ir a la feria del barrio. Guten Tag nos dijo el puestero de la feria orgánica de Berlín, cuando la fuimos a visitar luego de que se volviera a su tierra natal. Guten Tag no tenía el mismo sabor pero sí incluía la misma vocación de servicio y una sonrisa.

La feria matinal es una fuente de buenos días fundamental. Al “buen día vecina” se suma un “que va a llevar”, “puede probar joven”, “como andás mi amor” con que el pícaro y atrevido feriante galantea a sus clientas.  La veterana se va feliz para su casa, con el carrito lleno de aromas, sabores, colores y piropos recién cosechados.

Hace años en el edificio del Cordón de la OSE el día no empezaba hasta que pasaba el veterano diariero por los pasillos con su pregón matinal: “Buendiiiiiiaaaa”. Estuvo más de 50 años vendiendo sus noticias y de yapa, te brindaba su buena onda.

“Me gusta trabajar contigo porque vos nos saludás todos los días y preguntas por los hijos y la familia”, me dijo una vez un “usuario” de un sistema que estaba instalando en un cliente. Con el  nuevo sistema, el hombre tenía que trabajar doble, ya que al principio debía entrar la información en el nuevo y en el viejo sistema. Lo hacía con gusto y fue un aliado fundamental para sostener el cambio.  El gerente y el jefe pasaban de largo, no lo saludaban.

Con un “Bom día y ate amanha”, termina su reporte diario el corresponsal de la radio desde Río de Janeiro. Con ese acento carioca nos traslada a Brasil y nos acerca a la Garota de Ipanema.

Robin Williams levantaba a la tropa con un Good Morning Vietnam, tratando de darles ánimo para que vayan a morir con mejor onda por una causa incomprensible.

En un inglés bien rústico, el Canario, de tierra adentro, saludaba con un GuMorni a la abuela inglesa de su amigo Coates cuando entraba en su casa temprano para estudiar.

No me quiero olvidar y aprovecho la oportunidad que me da este medio de comunicación, para enviar un saludo a los obreros del volante que tiran buena onda. Al guarda peludo que todos los días en el 141, en la parada del liceo IAVA, recibe a los estudiantes que le llenan el coche con un “muchas gracias” cuando le pagan, y un “qué tenga un buen día” cuando se bajan. Y al guarda de la línea tansmontevideana número 2, del Buceo a Lezica, que en un viejo ómnibus Leyland de Raincoop por los años ochenta y pico, saludaba a todos y les decía alguna chanza. Todo el pasaje se reía, mientras me iba contento por el bulevar Propios como a 200 por hora, con la plataforma de atrás chata de tanta gente que cargaba, en el viaje hacia la casa de mi primera novia en la calle Gioia en Villa Colón, que en italiano quiere decir alegría.

En el barrio, había un viejo venido a menos que paseaba sus perros por la calle Rodó, de bigote para arriba. Si estaría loco que iba regalando un Buenos Días a cada persona con la que se cruzaba. Se le escuchaba de lejos. Siempre te sorprendía, te cambiaba el ánimo. A cambio, solo te robaba una sonrisa. Los niños le producían mucha alegría. Cada vez que pasaba frente al zaguán del jardín de infantes de mis hijos en Rodó y Magallanes, saludaba con su clásico “Buenos Días Araityyyyy”. 

Siempre con la frase "Buenos Días" empieza sus mails mi amigo Alejandro y ya te predispone a una respuesta positiva. Con Buenos Días también encabezaba los mails en el 2002, cuando venía caminando por que no tenía para el boleto y celebrábamos juntos que todavía teníamos trabajo.

Con un sonriente "Buenos Días Oso" me recibe todos los días Stella Maris, llueva, truene o hagan 40 de calor, siempre con buena onda. Entrando a la empresa, Malena nos da un buen saludo y convida con el primer mate, para entrar en calor y recordar diariamente que el trabajo tiene sus placeres.

Un Buen día enorme me despertó hoy a las 4 de la madrugada y me desveló. Hasta que no escribí estas ideas en una cantidad de tickets del super y el cajero automático que encontré en la mesa de luz, no me dejó volver a dormir. Ahora las ordeno en esta crónica. Mereció la alegría el desvele.

Si el Buen Día te lo da cantando Joan Manuel Serrat y la sonrisa sexy de Ana Belén, mucho mejor. 
Duro con él.

Hoy puede ser un gran día,
plantéatelo así,
aprovecharlo o que pase de largo,
depende en parte de ti.

No consientas que se esfume,
asómate y consume la vida a granel.
Hoy puede ser un gran día,
duro con él.

Hoy puede ser un gran día
donde todo está por descubrir,
si lo empleas como el último
que te toca vivir.

Hoy puede ser un gran día
duro, duro,
duro con él.




viernes, 17 de mayo de 2013

Acá se hizo todo a pulmonía...

Acá se hizo todo a pulmonía...

Hoy estoy triste. Ayer se fue el primer socio de mi club, el 25 de Agosto.

Falleció Victor Rodriguez. Junto al Pocho Vergara fueron los primeros directivos de la institución que empezó como una barra de muchachos futboleros de la esquina.

Por otro lado estoy contento, ya que tuve la suerte de conocerlo y admirarlo. Cuando ingresé a jugar en el primero, por 1990, un hincha me lo presentó orgulloso: “Te presento al socio No. 1 del club”. Este título a él no le gustaba y enseguida se encargaba de desmitificar con una sonrisa y un abrazo. Yo había jugado en varios clubes y nunca me habían presentado al número 1, era todo un honor. Y Víctor con más de 80 años seguía participando, iba a algún partido, a los aniversarios, a algún asado.

Hace más de diez años, en el 2001, le hice una larga entrevista donde me contó como empezó todo, en un crudo invierno de 1948. En sus palabras transmitía de una forma muy simple y sabia, algunas certezas que hoy día viene bien refrescar.

 ”Sabés lo que me gusta de este club, yo empecé a los 18, tengo 72 y toda la gente que se inicio acá, seguimos viniendo. Estamos viendo gente del 48 hasta ahora. El club ha crecido en base a eso.”

“Yo siempre pensé que para que un individuo quiera al club, tiene que hacer algo por el club. Si pinta una pared, la va a defender, no va a querer que nadie se la ensucie. Si coloca un vidrio no va a querer que nadie se lo rompa. Hay que darle para que hagan, para que colaboren. Acá todo el mundo colaboró.  Acá se hizo todo a pulmonía.”

“Tuvimos la suerte de tener un barrio que nos apoyó, nos apoyó muchísimo, gente más vieja que nosotros, de 30, 40 o 50 años cuando nosotros teníamos 18, 20. El padre de Palito Blanco, Greco, siempre gente que daba un consejo, colaborando, trabajando. Nosotros teníamos un respeto por esa gente y nos respetaban a nosotros.”
  
Víctor, más que el primer socio fue el primer trabajador del club. Su esfuerzo y el de muchos anónimos han logrado levantar esta gran familia del veinte, un humilde y digno club del barrio Montevideano de Villa Dolores.

En estos momentos donde el valor del trabajo y el respeto están muy venidos a menos, donde los problemas "me los tiene que resolver alguien", cuando el PIT-CNT sale a rescatar el valor del trabajo, aclarando que no quiere atorrantes en los sindicatos, viene bien recordar algunas de las claves que Víctor entiende que están en el progreso del club: el arraigo al barrio, el trabajo colectivo y la participación de la gente.

Hace poco hemos escuchado declaraciones del ídolo del momento que van en ese sentido, Leandro García Morales confiesa que él no es un habilidoso o un iluminado, simplemente se muestra como alguien que  trabaja mucho: entre otras cosas, todos los días ensaya mil tiros libres.

Cerrando esta nota, se nos presenta con alegría la mirada profunda de Víctor Rodríguez, las cejas espesas y afiladas, la sonrisa siempre bien dispuesta y el saludo de abuelo macanudo a toda la botijada que corretea por la cancha de la calle Méndez Nuñez.

Como frase final de despedida para Víctor entonamos un "Qué brille", el tradicional grito de victoria del tuentifai:

Qué brille nuestra casaca
Colores de corazón
De aquel cuadro de barrio
Que ha sido el vencedor
Y el coro una vez más
Ra! Ra! Ra!
El veinte volvió a ganar
Volvió a ganar, volvió a ganar

Si quiere leer la entrevista completa la puede ver en: http://dosimani.blogspot.com/2013/05/entrevista-victor-rodriguez-en-el-2001.html

Entrevista a Victor Rodriguez en el 2001. Fundador y socio número 1 del Club 25 de Agosto.



Víctor Rodríguez y Quique Fernández  nos cuentan como se hizo el 25.

TODO A PULMONÍA



ESTA CHARLA SE DIO EN EL 2001, TIENE COMO LUGAR, LA CANTINA DE NUESTRO CLUB. ENTRE COPA Y COPA, LOS RECUERDOS VAN SURGIENDO Y TANTO VICTOR RODRÍGUEZ (SOCIO Fundador y dirigente) COMO QUIQUE FERNÁNDEZ, UNO DE LOS GRANDES GOLEADORES DE LA HISTORIA DEL CLUB, NOS CUENTAN PORQUE EL 25 ES MAS QUE UNA INSTITUCIÓN DE BÁSQUETBOL...

Víctor Rodríguez (VR): sabés lo que me gusta de este club, yo empecé a los 18, tengo 72 y toda la gente que se inicio acá, seguimos viniendo. Estamos viendo gente del 48 hasta ahora. El club ha crecido en base a eso.

Quique Fernández (QF): Hemos ido criando gente y sacando chiquilines de la calle. Ningún club es más que nosotros en cuanto a formar gente, formar chiquilines.

QF: El otro día estaba el cuadro completo (de comienzo de los 70, equipo que subió a segunda división), Elmer Lanz, Yo, Mario Collafranchesqui, los Amespil.

VR: Tuvimos la suerte, de tener un barrio que nos apoyó, nos apoyó muchísimo, gente más vieja que nosotros, de 30, 40 o 50 años cuando nosotros teníamos 18, 20. El padre de Palito Blanco, Greco, siempre gente que daba un consejo, colaborando, trabajando. Nosotros teníamos un respeto por esa gente y nos respetaban a nosotros.

QF: Hubo generaciones que dieron trabajo. Ahora son dirigentes, colaboran con  el club.

VR: Teníamos vecinos acá que nos daban todo. El gallego Méndez era un muchacho que vivía acá al lado. Era albañil. Un día le pedimos el agua, nosotros te pagamos todo, la que usamos nosotros y la que usas vos. Y el dijo: yo para el club cualquier cosa, y sacamos un caño de la casa.

QF: Yo me hice hombre acá adentro. Me crié entre borrachos como Cafú, que se emborrachaba leyendo. Era inteligentísimo, solidario, un fenómeno. Y saque lo bueno y lo malo.
Siempre hubieron borrachos y atorrantes. Estaba el Loco Adolfo, para mi un ídolo. Era un referente, y era un borracho y un atorrante.

VR: Canchero y técnico, un tipo que nunca laburó. Jamás dio un mal consejo.  Aconsejaba bien a los muchachos.
También Luis Alberto Girardeli, jugador, guapo. Un tipo que deja un recuerdo, gente guapa, que jamás sacó una ventaja de nada, que jamás dio un mal consejo. Cuidando a los menores, defendiéndolos.

VR: Una cosa que me molesta es cuando me dicen te voy a presentar al socio número uno. Porque acá hubo tanto número uno, que me choca.  Mucha gente que es ignorada.
De los muchachos de aquella época quedó una amistad muy grande. Con Miguel Cirilo somos como hermanos. Fue completo, jugo al fútbol primero, de golero, de entreala, de back derecho, de back izquierdo, de centrofobal, de lo que fuera, luego al voleibol y al básquetbol. Era hijo de un juez de mucha historia, Genaro Cirilo.

Interviene Palito Blanco (PB): En el año 44 cobró un penal contra Nacional, estando el juego en el área de Peñarol.  Jugaba Aníbal Paz de golero en Nacional y el Solito Ortiz  de Peñarol lo jodía a Paz. Paz le dio una patada, el juez lo vio y cobro penal. Y salió campeón Peñarol. Le cortó el sexteño a Nacional.

HOMBRO CON HOMBRO, 25 FUE CONSTRUYENDO SU DESTINO. CADA SOCIO, CADA HINCHA, CADA VECINO PUSO LO SUYO PARA QUE HOY DISFRUTEMOS DE UN CLUB QUE SIGUE A PULMON, FORJANDO SU FUTURO.

VR: yo siempre pense que para que un individuo quiera al club, tiene que hacer algo por el club. Si pinta una pared, la va a defender, no va a querer que nadie se la ensucie. Si coloca un vidrio no va a querer que nadie se lo rompa. Hay que darle para que hagan, para que colaboren. Acá todo el mundo colaboró Acá se hizo todo a pulmonía.

No tenés idea cuando hicimos las columnas estas. Estuvieron como diez años hechas y sin poder hacer el techo. Lo que ha trabajado acá la gente. De todas las edades, de 10 años hasta 50. Éramos como cuarenta, se iba uno y venía otro. Y así se hizo el club.

VR: Esto era cantera (señalando el gimnasio). Agua con musgo. Rellenamos, trajimos mil camiones con tosca de todas partes. De Montevideo, de camino Maldonado, de la playa Dellazopa. Donde había tosca allá íbamos a buscar. Hacíamos la cancha y se iba para abajo, se iba hundiendo.
Y le dimos y le dimos hasta que conseguimos firme. La cancha de tosca duró añares, después hicimos el bitumen.

PB: mira si sería cantera que era de agua verde. El lago del zoológico es natural y por acá corría un arroyo. Al fondo de la cancha estaban los vestuarios. Había un baño de locatario y otro de visitante. Todo de chapa, de quinta.
El loco Germán, el primer canchero del club, había hecho un pozo: cagabas, meabas y el agua de los vestuarios se iba sola por el arroyo.

VR: estaba todo lleno de piedras. Terminaba en Maqueca (Mac Eachen), en el arroyo Pocitos.

PB: En Rivera hay unos mojones de piedra que eran de un puente.

VR: No creo, era donde ataban los caballos. Ahí cambiaban los caballos de los tranvías.  Maqueca se inundaba siempre. El colector es enorme, pasa hasta un camión.

LAS ANÉCDOTAS SEGUÍAN SURGIENDO A LA MISMA VELOCIDAD QUE SE VACIABAN LOS VASOS Y SE LLENABAN LOS OJOS DE LAGRIMAS. VICTOR Y QUIQUE NOS SIGUEN PASEANDO DE LA MANO DE LA NOSTALGIA, POR ESTOS 53 AÑOS DE NUESTRO CLUB.

De la Fundación


VR: Esa discusión de hacer un club, surgió un 25 de agosto. Estabamos en un bar, que era el único lugar donde se paraba antes en los barrios. Parábamos en la esquina o en algún bar.

Con Vergara éramos los que empezamos, después se formo una directiva fuerte, éramos 12 que no faltaba ninguno. Vergara era un tipo muy exigente.
Las reuniones eran a las 9 y teníamos que estar. Terminaba a las once y terminaba. Estaba el orden del día y si un tema no estaba no se trataba.

VR: Cuando empezamos éramos -queda mal que lo diga-, pero éramos el pocho Vergara y Yo. Nos juntábamos en la esquina y armábamos el cuadro. Este anda mal, vamos a poner a este y salíamos a jugar al fútbol los domingos.
Después hubo una asamblea de la directiva con los jugadores. No había grupo social, éramos los jugadores y tres directivos. Nos juntamos en un Club Político Colorado de un tal Pose, que lo consiguió Vergara. Ahí se agregó Julio Girardeli y el negro Sachi, que era golero del club, un muchacho excelente que era bancario, con mucha cultura, también fallecido, los dos son fallecidos. Y ya se formó una directiva, con otro orden, había un secretario, un tesorero.

Era una historia que nos llevó nuestra juventud, yo la viví intensamente. Fue la mejor época de mi vida. Yo dejaba de ir a ver una chiquilina por ir a ver una práctica de fútbol o de básquet.

Empezamos con el fútbol, en varias ligas, en algunas con éxito, en otras no tanto. En la liga Punta Carretas fuimos campeones por muerte, éramos como el Chaná. Nos querían ganar de todos lados, formaban cuadros con gente de nombre y ganábamos nosotros siempre.

Como el club era bueno, tenia fuerza, estaba bien organizado y era serio, los jugadores venían. Acá había mucha gente que le gustaba el fútbol, que conocía muchos jugadores.

Víctor Rodríguez Andrade jugó acá en los últimos años, fue campeón del 50. Sobrino de Leandro Andrade, la “maravilla negra”.
 En el barrio hubo grandes jugadores, el gallego SantaMaría, el negro Carlos Gutiérrez, que estuvo en Francia otro fenómeno.

PB: El gaucho Aníbal, tenía la ropa pronta para ir a la selección del 54. No fue porque fue Hoberg, que era uno de los grandes y no era uruguayo, era cordobés.

VR: Aníbal García Da Rosa, el gaucho Aníbal, jugaba en el primero de River que era un señor cuadro. Y jugaba en la reserva del 25 de mañana y de tarde en River. Por amor a la camiseta.

SE SUMA A LA CHARLA, PALITO BLANCO, OTRO DE LOS TANTOS MUCHACHOS QUE SE CRIARON EN EL CLUB Y QUE SINTIERON DESDE NIÑOS QUE EL 25 PASO A SER SU SEGUNDA CASA.

VR: Una cosa que me molesta es cuando me dicen te voy a presentar al socio número uno. Porque acá hubo tanto número uno, que me choca.  Mucha gente que es ignorada.
De los muchachos de aquella época quedó una amistad muy grande. Con Miguel Cirilo somos como hermanos. Fue completo, jugo al fútbol primero, de golero, de entreala, de back derecho, de back izquierdo, de centrofobal, de lo que fuera, luego al voleibol y al básquetbol. Era hijo de un juez de mucha historia, Genaro Cirio.

Palito: En el año 44 cobró un penal contra Nacional, estando el juego en el área de Peñarol.  Jugaba Aníbal Paz de golero en Nacional y el Solito Ortiz  de Peñarol lo jodía a Paz. Paz le dio una patada, el juez lo vio y cobro penal. Y salió campeón Peñarol. Le cortó el sexteño a Nacional.

VR: Teníamos vecinos acá que nos daban todo. El gallego Méndez era un muchacho que vivía acá al lado.  Era albañil. Un día le pedimos el agua, nosotros te pagamos todo, la que usamos nosotros y la que usas vos. Y él dijo: yo para el club cualquier cosa. Sacámos un caño de la casa.

Palito: Mira si sería cantera acá, que el agua era verde. El Lago del zoológico es natural, acá corría un arroyo.
Acá estaban los vestuarios (señalando el fondo). Acá había un baño de locatario y allá el de visitante. Todo de chapa, de quinta.

VR: A pulmón, todo a pulmón.


EL FÚTBOL FUE POCO A POCO DEJANDO LUGAR AL BÁSQUETBOL, QUE HASTA HOY ES EL DEPORTE QUE UNE A TODOS LOS HINCHAS DEL 25, ALREDEDOR DE UNA ÚNICA PASIÓN.

VR: El fútbol se terminó porque se empezó a profesionalizar, empezaron a faltar valores en el barrio. Una vez el Misiones se llevó el cuadro entero. El Popi Giuria, golero, el Coco Labacá, el 'Sopa' Enrique Ragio que era un centrohalf  de novela. El Pototo Olivera jugaba de centrohalf o half derecho y como era grande le dijimos: Pototo, porque no venís a jugar al Básquet, y vino y jugo 3 o 4 años. Daba una mano.

Palo: La última vez que se jugó al fútbol fue en un campeonato que organizó el Dalton Rosas Riolfo en la cancha de Bella Vista.

VR: Ves, ahí se formó un cuadro que no era el 25 de Agosto que queríamos nosotros. Porque ahí  jugó Flores, Baeza que vino de River. Lo trajo el Britos, cuñado de Vergara que era golero en la tercera.

En el año 52 por ahí, Rosas Riolfo lo metió a Baeza en Nacional. El negro se destacó en el campeonato ese. En esa época el óbol se sacaba con el pie. El negro tenía una patada bárbara y sacaba que era como un corner.  Se aquerencio tanto con este club que siempre estaba acá. Jugó en Nacional, en Alianza de Lima y en Peñarol.  Salió campeón en los 3 clubes y no dejó de venir acá. Salió campeón de América. Mazurkievikz, Baeza y Varela, era el capitán.  Y jugó con Emilio “Cococho” Alvarez en Nacional (el abuelo de Javier Cocochito Álvarez). Y con Luis Varela en Peñarol. El fútbol se murió de a poco.

¿Cómo era ser dirigente en aquella época?

VR: Había más tiempo, teníamos tiempo para todo. A las 6 y media uno se volvía para el barrio y no había nada que hacer, no había donde meterse. Eso sí, cada uno tenía su novia.
Había de todo, comisión de fiestas que organizaba bailes. Trabajaba la comisión de básquetbol, trabajábamos todos. Luego empezó a cambiar la vida.

¿Había Mujeres?

VR: Yo traje a mi señora que era mi novia, a todos los partidos, embarazada. Siempre iban muchas mujeres. La forma de arrimar a las mujeres fue en un aniversario del Club. Nos comprometimos todos a traer a la novia o la hermana o a la prima. Se hacían Banquetes, le llamábamos banquetes, hicimos en el Rowing, en el Jockey Club, en varios lados. 

LA CHARLA TERMINA. LA NOCHE TODAVÍA LES TENIA RESERVADA ALGUNA COPA MÁS. PORQUE SIEMPRE SE DAN EN NUESTRO CLUB CONVERSACIONES COMO ESTAS.
EL SOCIO N°1, EL GOLEADOR N°1, Y UNO DE LOS TANTOS AMIGOS DEL 25, QUE REUNIDOS ALREDEDOR DE UNA MESA RECUERDAN EL PASADO Y TAMBIEN, PORQUE NO, PLANIFICAN EL FUTURO.
A LA MANERA DE NUESTRO CLUB, SIEMPRE HACIENDO... TODO A PULMON.

Entrevista: Daniel Osimani
Edición y colores: Claudio Fernández

viernes, 10 de mayo de 2013

El asado del viernes

Para festejar este viernes y la llegada de los primeros fríos, nos juntamos y prendemos un fueguito. Comentarios sobre la religión oriental carnívora y toda su liturgia.
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¿Che, ahora que estamos todos contactados por facebook, cuándo hacemos un asadito?


Casa sin fuego, cuerpo sin alma. En este país de mayoría de ateos o de religiosos no practicantes, el fuego y la carne son la religión mayoritaria. En toda casa que se digne existe un altarcito. Más grande o más pequeño. Si no hay lugar hacemos el parrillero en la azotea, en el balcón o en el garaje, estufa a leña o por lo menos mediotanque. Y de mediotanques tenemos gran variedad, hechos con bidones de 200 litros, de calefones, de chapas, con carcazas de heladeras viejas y hasta braseros con llantas de camión recicladas.

La gente le busca la vuelta para rendir homenaje, si es posible semanalmente, a la santísima trinidad oriental: el Dios Fuego, San Hernandarias y el Espíritu Uruguayo.

No hay casi ateos para esta religión, somos el país de mayor consumo de carne per-cápita del mundo. También hicimos el mayor asado del mundo y con un rústico asado en la tierra del jardín del hotel y con el mejor fútbol deslumbramos a los franceses en las olimpíadas de Colombes. El primero de mayo se celebra con un asado y las carnicerías quedan vacías, más vacías que las santerías en Iemanyá y que los shoppings en Navidad.

El altar de la casa es el dolor de cabeza de los arquitectos. Cuando hacen el proyecto para una familia, pueden llegar a discutir sobre la cocina, el baño, las escaleras; pero lo que es interminable y tiene ribetes de realismo mágico, la discusión con los clientes por la ubicación de la barbacoa, el horno de pan y el parrillero.

Lo más gracioso es que después de acceder a la gran barbacoa, muchos no la usan. Hacen un super estreno para mostrarle a los amigos la gran obra, se cumple con el rito de iniciación y por ahí queda. Pero los ladrillos están ahí y con ellos los sueños que nos sostienen vivos. Soñamos con grandes banquetes carnívoros compartidos con los amigos de la escuela, el liceo, el laburo y el club. El banquete está presente en todas las redes sociales, mails y facebookes uruguayos.

Hasta la academia se ocupa del tema, hace unos años salió un libro analizando la religión: “Antropología del asado”. No nos olvidemos del libro más buscado en la feria de Tristán Narvaja, el almanaque del Banco de Seguros con los planos de como hacer el altar, con sus tres formatos estándar: parrillero, estufa a leña u horno de pan.

En mi barrio, el Cordón, donde las construcciones ocupan todo el terreno disponible y hay muchos pasillos interiores con apartamentitos, no hay lugar para el parrillero en el fondo. La gente se arregla con el mediotanque en la calle o simplemente con un fuego al cordón de la vereda, con la parrilla apoyada en el granito. Si agudizan la vista y miran hacia abajo, van a ver los cordones quebrados y tiznados por algún ritual extinto. Del asado no quedan ni los huesitos.

Formamos parte de la única religión que sacrifica animales, se los come y reutiliza todo. Nada de andar dejando plumas tiradas al lado de un árbol. Como buenos descendientes de los antropófagos guaraníes, nos comemos hasta la grasa y los huesos. En realidad, la osamenta de la vaca nos cae un poco indigesta, así que los huesos son para el perro.

Para terminar esta nota, una simple frase para saludar al pastor que ha estudiado y practicado años para hacer posible la semanal comunión con la familia y los amigos, juntos en torno al fuego y un pedazo de carne:

“Un aplauso para el asador”.

viernes, 3 de mayo de 2013

Los plátanos montevideanos

Los Montevideanos nos quejamos de la pelusa del plátano durante la primavera y nos acordamos de la madre del que los plantó. ¿Y en otoño qué?

¿Dónde está enterrado el que plantó plátanos en Montevideo?


No debe haber árbol más amado y odiado que el plátano. La pelusa maldita de las pelotitas enrojece los ojos de los vecinos y es la muletilla de las conversaciones durante la primavera. El resto del año el arbolito es un encanto, especialmente en otoño.

Nuestra principal avenida está sombreada con plátanos. En la dictadura los cortaron y su ausencia  fue uno de los tantos vacíos que sintieron los exiliados al volver. Por suerte por los años noventa la intendencia los volvió a plantar.

La calle más larga de la ciudad también está protegida por plátanos en la mayor parte de su trayecto, viajar por Rivera desde 18 de julio hasta Carrasco bajo la bóveda verde, roja y amarilla es un placer. También lo es cuando aprieta el sol en pleno verano y el frescor de los distintos tonos de verde alivian el calor.

Son plátanos gigantescos los que denuncian que debajo del manto de cemento ciudadano circulaba un arroyo, mostrando como el agua puede hacer crecer 2 o 3 veces más a un árbol que a otro que está a cien metros y que no tiene ningún arroyito escondido que lo riegue. Un ejemplo de estos gigantes lo pueden ver en Durazno y Yaro, frente al viejo club Mar de Fondo y a la pensión donde vivía el maestro Eduardo Mateo. Este supo ilustrar con su hermosa canción "Siestas del Mar de Fondo" la brisa de las hojas de plátano, en una tranquila tarde de siesta, con el chusmetear de las vecinas detrás del visillo, en pleno verano.

De mi infancia recuerdo el túnel interminable y sombrío que provocaban los plátanos de la angosta y hormigonada Av. Pedro de Mendoza, cuando íbamos los domingos a la bodega de mi abuela, en la zona rural de Montevideo. Soñé varias veces con ese túnel vegetal sin salida.

En la escuela, el otoño no empezaba hasta que la maestra mandaba de deberes traer y dibujar  una hoja de plátano.  Quién no recuerda ir caminando con la túnica por las veredas grises, pateando el colchón de hojas que se formaba en el medio, disfrutando de una espontánea rueda-rueda amarronada y en espiral que formaban los vientos, mientras saludábamos a la vecina, que apoyada con sus dos manos en la escoba comenzaba la quema de hojas junto al cordón, con su humito y aroma inconfundible por las mañanas.

Los ejemplares más viejos del país se encuentran en el Parque Tomkinson en el Paso de la Arena, tienen como ciento cincuenta años. Hay uno en el medio del parque que nunca fue podado, por lo que generó una cúpula esférica perfecta, gigantesca y maravillosa. En esta época sus hojas tapizan el suelo con una espesa alfombra multicolor que es una maravilla.

Buceando en internet, encontré una posible respuesta sobre el destino del que plantó los plátanos, un lugar adonde cada uno según su parecer vaya a homenajear al plantador o a hacer lo que mejor le parezca. 

- ¿Dónde está enterrado el que plantó los plátanos?
 -“No está enterrado, vuela en el aire”

SIESTA DE MAR DE FONDO
….
De par en par el cielo tarde la siesta
que se recuesta por la vereda
pájaros de pretil brisa de las hojas
fin del febrero danzando sombras

Escuchen lo que pasó
los otros días la vecina de enfrente
tuvo una nena, todos decían que cosa bella

Bla bla bla bla
ble ble ble ble
….
Escuchen lo que pasó:
pasó un negro con su negra
Durazno y Yaro
subiendo iban, iban la cuesta, charlando algo

Bla bla bla bla
ble ble ble ble
…….
Escuchen lo que pasó:
pasó que no pasó nada, toda la calle
todita duerme, se quedó muda, esta solitaria


Eduardo Mateo



Si quiere escuchar el tema “Siestas de Mar de Fondo” por Jaime y Estela Magnone: http://www.youtube.com/watch?v=_8mh98ZegS8
Si quiere leer el artículo entero   “El alma irritante de Montevideo”: http://adioslevrero.blogspot.com/2008/10/el-alma-irritante-de-montevideo.html