Crónicas del barrio, la ciudad y el mundo

Crónicas del barrio, la ciudad y el mundo
Casuales casualidades, me llevaron a nacer... en Montevideo

viernes, 6 de diciembre de 2013

Recovecos Montevideanos: El balcón de la Ramírez


Antigua playa Patricio cortada por los "dados". Arriba a la derecha la UTU.
Este caminito me lo pasó un vecino cuando me mudé al Cordón Sur. Solo lo conoce la gente del barrio. Cuando el mar está un poco picado es imposible recorrerlo, es un jabón.

Por debajo del balcón de la Ramirez, se llega a los "dados", enormes cubos de hormigón que van hasta el otro balcón que hay frente a la embajada de Estados Unidos. Esos dados son los que cortan la entrada del mar a la vieja playa "Patricio", que antes de la rambla estaba a la altura de Gonzalo Ramírez y Gaboto.





Construcción de los "dados"
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En una hermosa tardecita por la playa Ramirez, nos fuimos con mi hijo menor a recorrer la rambla por el lado de abajo del muro. Estaba verde de algas secadas por el sol. Parece una alfombra, dijo mi hijo. El agua estaba trasparente y no se escuchaba el sonido de los autos que volvían de sus trabajos. Solo el sonido del mar, el chapoteo de las olas sobre las rocas y algún pájaro, disfrutando tranquilo, mirando al horizonte, igual que nosotros.



Luego de dar toda la vuelta por debajo del murallón a la altura de la pista de patín, seguimos por los dados de hormigón que soportan los embates del mar a la altura de la embajada de Estados Unidos.

Los obreros y la grua sobre los "dados". Al fondo el Parque Hotel
Terminado el recorrido, subimos por el balcón a la altura de la calle Minas y  nos fuimos al bar Tinkal a tomar algo y ver bajar el sol. Junto a nosotros había turistas: japoneses hablando en inglés, una pareja de brasileros con dos hijos chiquitos. En una mesa más allá dos cuarentonas hablaban de sus últimos amores.
Con Manuel hablamos de las palmeras pindó que se elevan en la plaza frente a la embajada y de un ceibo recién florecido. La flor nacional, igual que el que hay en la escuela Simón Bolivar.

Retornando a casa saludamos al monumento a la reina del mar: María, Marina, Stella Maris, Iemanjá.

Dos chicas disfrutaban de los últimos rayos tibios en un hermoso apartamento con balcón en la esquina de Eduardo Acevedo. Tomando algún caliborato escuchaban al mango una canción bien marinera: "Os peixinhos do mar", tradicional brasilero que nos trae saudades de nuestros orígenes migrantes.

Como gusta de decir Eduardo Galeano: los uruguayos descendemos de los barcos.


Gente que vem de Lisboa
Gente que vem pelo mar
Laço de fita amarela
Na ponta da vela
no meio do mar

Ei nós, que viemos
De outras terras, de outro mar
...

Quem me ensinou a nadar
Quem me ensinou a nadar
Foi, foi marinheiro
Foi os peixinhos do mar

Gente que viene de Lisboa
Gente que viene por el mar 
Lazo de cinta amarilla
En la punta de la vela
en el medio del mar

Y nosotros que venimos
de otras tierras, de otro mar
...

¿Quién me enseñó a nadar?
¿Quién me enseñó a nadar?
Fue, fue marinero
Fue el pecesito del mar


Peixinhos do mar. Tradicional brasilero por Milton Nascimento
Escuchelo aqui:



Recomendamos la exposición virtual de fotos del CDF (Centro de Fotografía de la IMM) sobre la construcción de la Rambla Sur:
http://cdf.montevideo.gub.uy/exposicion/construccion-de-la-rambla-sur-y-su-incidencia-en-la-ciudad-fotografias-del-cdf#

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