Crónicas del barrio, la ciudad y el mundo

Crónicas del barrio, la ciudad y el mundo
Casuales casualidades, me llevaron a nacer... en Montevideo

viernes, 31 de octubre de 2014

10 boliches montevideanos para celebrar el ocaso

Barra de Santa Lucía
Podemos contar con los dedos de las manos los pocos boliches donde se puede apreciar bien la puesta de sol en Montevideo.

Se viene una época maravillosa para rendirle culto al astro rey en las largas tardecitas primaverales. Aquí recomendamos 10 locaciones donde disfrutar del atardecer, el sunset de los viernes, con un mate, un café o con uma cerveja "estúpidamenchi" gelada. 10 recovecos montevideanos para 10 viernes, hasta llegar al 2015..

1. En el oeste montevideano, la Barra de Santa Lucía. En un carrito o en el restauran del Yatch Club. Para todos los gustos y bolsillos rodeados de barquitos y con los puentes en el horizonte.

2. Caleta de la Playa la Colorada. Bajando por camino Sanquinetti a mano derecha encuentran un almacén y bar con vista sobre la playa y sus rocas coloradas. En el medio del mar se puede apreciar el roquedal y faro de la Panela, que ahora funciona con paneles solares, pero en algún momento hubo un farero que pasaba unos cuantos días de la semana en ese pequeño islote solitario.

3. Cantina del Club de Pesca del Cerro. Toda la playa del Cerro, la ciudad vieja y el puerto a tus pies.

4. Bar y restorán El Perro que Fuma. El boliche más viejo del Mercado del Puerto sobre la rambla 25 de Agosto al lado del museo del Carnaval. Digan que van de parte de "Jano del 25" -el antiguo dueño-, que los atienden de primera. Si agudizan el oído van a escuchar a los parroquianos contar alguna historia del mar, de puertos lejanos, de naufragios y otras culturas.

5. Bar "La Ronda" y el "Santa Catalina". Calle Ciudadela esquina Canelones. Si va a mediodía se puede encontrar al propio Pepe almorzando.

Bar Tinkal. Frugoni y Rambla
6. Bar Tinkal en Frugoni y la rambla. De los mejores chivitos y cerveza con mesitas en la vereda, con vista a una de las plazas mejor cuidadas de la ciudad.

7. El Rodelú en el Parque Rodó. Un clásico con buena pizza y fainá. Un show los personajes que pasan para el Parque Rodó.

8. El club de Pesca Noa Noa. En el camino de los pescadores, abajo de las canteras. Tiene una cantina para socios pero se puede ir sin serlo. Si está cerrado vaya hasta la Restinga de Punta Carretas. El punto más sureño de la capital.

Luego del Parque Rodó la ciudad da la espalda a la puesta de sol. Recién se vuelve a enfrentar en la vuelta de Punta Gorda.

9. El parador Hemingway, abajo de la plaza Virgilio. Toda la playa y la ciudad recortada con el sol.

10. Para el final quiero recomendar un lugar al que todavía no fui. Siempre hay que dejar algo pendiente, algo olvidado, algún misterio por resolver, así la ciudad nos sigue encantando y quedamos con las ganas de volver a buscar "aquella" puesta de sol. Les hablo del restorán, salón de té y cafetería del Radisson Victoria Plaza Hotel en el piso 25 sobre la Plaza Independencia. De los puntos más altos, con trescientos sesenta grados de ciudad bajo sus pies. Todo el Cerro, el puerto y la bahía, espejo de agua casi circular donde uno se puede imaginar la historia de este pedazo del mundo donde nos tocó nacer. La bahía -matriz de la Banda Oriental-, en cuyo fondo están escritos todos los cuentos, los conflictos portuarios. las idas y las vueltas de los migrantes, todas las historias del cono Sur.

Viejo puerto de Montevideo, donde en algún remoto atardecer cayeron las emocionadas lágrimas de los recién llegados a la tierra prometida.
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Orejas
(Chichito Cabral)

Sale el sol, se va confiado
a ver si pesca.
Orejas se llama el perro
que lo festeja.

Y en su cuerpo color iodo
de pescador
amigos, boliche y vino
pez de color.

Pasa el tiempo para unos
pero si sabe
que en aguas no muy profundas
hay ilusión.

Y en su cuerpo color iodo
de pescador
amigos, boliche y vino
pez de color.

viernes, 24 de octubre de 2014

Treinta años de vedas

Hoy empieza la bendita veda política, que permite bajar la pelota y escuchar un poco más de música en las radios y menos jingles. Mientras pensamos a quien votar,  reflexionamos sobre 30 años de vedas.
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Ya llevo disfrutando como siete vedas de corrido, por suerte ininterrumpidas desde el ´84 hasta hoy. Cuando era chico en la dictadura había veda política. Esta era permanente. El tiempo para la reflexión duró 11 años y me acompañará toda la vida.

Hubo un tiempo en que la dictadura también impuso veda de carne en Montevideo. Los más jóvenes se reirán, ahora que somos el país con más consumo de carne per cápita, donde hay más vacas que gente, no se podía comer carne. No recuerdo cual era el motivo pero no se podía. En el interior si se podía vender y comprar, por lo tanto empezó una suerte de contrabando interno.

El "Bebe" hizo su zafra yendo dos veces por día en los ómnibus de Onda a comprar carne a Durazno. Venía con los bolsos llenos y vendía en el barrio. Eran famosos los asados del club 25 de agosto en plena veda. Dicen que una vez vino un milico amigo del club a alertar para que achiquen con el asado, parece que se veía y olía desde la calle Rivera. El "Bichito" agarró su primer conchabo como "delivery" de la carne que traía el Bebe. Con 15 años, venciendo la timidez salió a patear por la vereda con la pulpa al hombro y así se hizo de sus primeros pesos.

En el 2002 también hubo veda de carne y de leche. No por que estuviera prohibida, sino porque el precio era prohibitivo para muchísima gente, que sencillamente no podía comprar nada porque no tenía con qué. Entre la comisión de fomento de la escuela Simón Bolivar y los veteranos de basquetbol del club Tabaré se organizó un merendero. Si, aunque usted no lo crea, un merendero en pleno Parque Batlle, lindante con Pocitos. Los viejos del club no daban crédito, tan bajo no podía haber caído la sociedad. Con el tiempo entendieron que verdaderamente era necesario. Muchos niños y muchas madres se juntaban, jugaban, compartían sus penas, una chocolatada y unos panes con manteca en torno a la cancha del fondo del club del indio.



El domingo votamos nuevamente. Vote a quien quiera, pero no desperdicie su voto. Mire hacia el futuro, apunte a sus sueños, bien parado en el presente y recordando su pasado. No se caliente, con trabajo y con la panza llena es una papa agarrársela contra la política y los políticos. Ahora que los niños volvieron a comer carne y solo las vacas comen pasto, es muy fácil despotricar contra el gobierno, contra la oposición y contra el sistema.

Disfrute de la veda que es transitoria. Disfrute su asado del domingo que puede ser transitorio. Disfrute de la herramienta imperfecta y perfectible que es esta democracia que esforzádamente venimos construyendo entre todos, ininterrumpídamente por 30 años y más.



Para Abrir la noche
Rumbo


jueves, 16 de octubre de 2014

La construcción del templo

A lo largo de la historia el hombre ha construido templos comunitarios para encontrarse, comunicarse y honrar a sus dioses. En los últimos años, la construcción del templo deportivo, un gimnasio, un estadio, ha sido el sueño de diferentes comunidades y clubes barriales. ¿Cómo se puede realizar?
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Durante siglos las iglesias se financiaron con el diezmo, el 10% de los ingresos que reclamaban a los feligreses. Hoy día la mayoría siguen funcionando así. Con ese dinero no daba para construir los templos y siempre acompañaba algún "rico" vecino y también el estado de turno, sumado a algún botín producto de una guerra y a la mano de obra voluntaria y creyente que siempre debe estar presente en toda obra que quiera perdurar.

En el último año me tocó estar cerca de la construcción de dos templos para cofradías del entorno de unas 500 personas: el remozado gimnasio con piso flotante del Club 25 de Agosto y el gimnasio de la Unión de Veteranos de Basquetbol del Uruguay.

Mucha gente piensa que con una economía en crecimiento y con los impuestos que pagamos, deben ser las sacrosantas tetas del estado las que provean de recursos para estas obras. Como buenos uruguayos nos quejamos y les pedimos más. El tema es que hay muchos para mamar, las necesidades son infinitas y la leche se agota.

La otra bien fácil es decir "que pongan los que tienen más plata". Salvo el mejicano Carlos Slim o Bill Gates -los más millonarios del mundo-, el resto de los terrícolas podemos tranquilizar nuestra conciencia con este argumento, ya que siempre hay uno que tiene más dinero. Además, como a nadie le sobra la plata, podemos zafar bien del "mangazo".

Ninguno de los dos gimnasios está terminado. El Ministerio de Transporte puso un montón de dinero y exige contrapartidas sociales importantes, los aportes voluntarios han sido bastante buenos, pero no alcanzan.

Uruguay no es un país rico, las obras comunitarias, las escuelas, los liceos, los clubes, no se construyen ni se mantienen solo con el aporte de "otros", hacen falta "nosotros".

Del templo del deporte saldremos todos más saludables, acompañados, con cabeza plural, victoriosos o derrotados, pero siempre conectados con los dioses, manteniendo a raya los demonios interiores que siempre están al acecho.

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Y póngase el calcetín, paloma mía,
y véngase a cocinar el nuevo día.

Todo esta listo, el agua, el sol y el barro,
pero si falta usted no habrá milagro.
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Canción infantil para despertar una paloma
Joan Manuel Serrat


viernes, 3 de octubre de 2014

La fiesta Genexus

DSC_3222La semana pasada disfrutamos en Montevideo del encuentro Genexus, uno de los eventos de tecnología más importantes de América Latina al que asisten 4.000 participantes de 32 países de los 5 continentes.

Es organizado directamente por la empresa y todos sus empleados son anfitriones que te hacen sentir "como en casa". Nunca falta nada y todo está perfectamente organizado. Las 6 conferencias que se dictan simultáneamente a lo largo de todos los días empiezan y terminan en hora.  Los contenidos son ricos y abundantes, el menú es amplio como para satisfacer el gusto de todos los consumidores: tecnología, innovación, productos,  gestión, negocios y tendencias del mercado.

La comunidad GX cuenta con 110.000 desarrolladores en todo el mundo, siendo Japón el país de mayor crecimiento y el mejor socio comercial. Varios grandes jugadores globales se acercan a hacer negocios con Genexus: Microsoft, Google, IBM y Amazon entre otros.


En los pasillos del encuentro uno se encuentra y puede preguntar, hacer críticas y plantear necesidades a muchos referentes de la comunidad, que gustosos acceden a la conversación.

Uruguay ya no solo es reconocido por el buen fútbol del maestro Tabárez y su selección, sino también por el sistema político maduro e innovador, por tener de los mejores indicadores sociales de América Latina, por el Plan Ceibal y también por ser el mayor exportador de software en términos relativos.

Hablando de indicadores sociales, este año me emocionó mucho encontrarme en el evento con un vecino jovencito -de origen bastante complicado-, que con mucho esfuerzo está tratando de terminar el liceo. Me contó ilusionado que está participando de una beca de estudio y pasantía laboral como programador GX. La beca de estudio es gratis y la pasantía laboral paga y con un sueldo más que digno, superando todo lo que el hubiese imaginado como su primer ingreso.

El tema del encuentro fue "Recetas para un desarrollo exitoso". En la ambientación del local, las conferencias y en el cierre del evento estuvo presente lo gastronómico. En las charlas participó el chef Tomás Bartesaghi y en el cierre, en una gran conferencia estuvo el chef japonés Takehiro Ohno, muy conocido por sus programas en el canal de cable Gourmet.

Takehiro, humilde y con una sonrisa en la boca, contó la historia de su vida y sus recetas para emprender. Comenzó con su disciplinada y rigurosa formación en Japón, su aprendizaje con los mejores chef del mundo y su emigración de continente en continente buscando un camino propio: primero probando suerte en Japón, luego en España y finalmente en Argentina. Todas las veces tuvo que empezar bien de abajo, como lava-copas o pela-papas en el sótano de la cocina con 60 grados de temperatura. Ohno le puso mucho humor y se rió de si mismo y de sus desventuras.

Lo que más conmovió fue el final donde agradeció a América Latina que sin discriminaciones le dio la oportunidad de desarrollarse como chef y formar una familia. Agradeció con los brazos pegados a los costados de su cuerpo, inclinando el torso casi 90 grados como lo hacen los orientales. El público aplaudió de pie. Las lágrimas que corrían debajo de sus lentes autenticaban un agradecimiento profundo y sincero.

Para terminar esta crónica quiero agradecer a Genexus por la fiesta. El Encuentro GX es un congreso de tecnología e innovación en torno a un excelente producto, pero sobre todas las cosas es una gran fiesta de la que todos salimos transformados, mejorados y motivados para seguir creciendo.
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Para ver la conferencia de Takehiro oprima aquí