Crónicas del barrio, la ciudad y el mundo

Crónicas del barrio, la ciudad y el mundo
Casuales casualidades, me llevaron a nacer... en Montevideo

viernes, 28 de junio de 2013

Crónicas de veteranos

Las instituciones pasan, los hombres quedan

Hacen falta años para que una institución termine de morir después de muerta. Más de dos generaciones por lo menos. Los hombres que quedan vivos la pueden reanimar en cualquier momento.

En el campeonato de +35 de veteranos de basquetbol de Montevideo, participan dos clubes que no existen más: el viejo Sisley de la calle Miguelete, cuya sede era la estación del tren que iba a Maroñas, y el club El Faro, que quedaba al lado de la Facultad de Ingeniería. 

Las instituciones desaparecieron, pero el amor de su gente sigue vivo. Se juntaron, mandaron hacer camisetas y equipos largos, consiguieron sponsors y de nuevo se escucha gritar: vamo el Sisley todavía y aguante el Faro.

Los Veteranos 

En Uruguay somos veteranos de viejas batallas del deporte, en Argentina no, ellos son jugadores de maxi-basquet. 

Para los vecinos, la palabra veteranos tiene un significado mucho más doloroso, veteranos de batallas de verdad. En encuentros internacionales que hacemos anualmente con gente de Entrerríos, me toca pelear la posición debajo del tablero con más de un veterano de las Malvinas, son medio revirados y muy duros. 

En el tercer tiempo, tomando una cerveza, distendidos, a veces se les trasluce la costura de una herida que sigue doliendo.

Veteranos Defensores

Defensores de Maroñas es un club social, cultural y de basquetbol bien arraigado en el barrio del hipódromo. Pasó períodos difíciles, dejó de competir en las divisional mayores de la Federación Uruguaya de Basquetbol.

A principios de los 2000 resurge el basquetbol de la mano de un equipo de veteranos. Empezaron de a poco, con mucho sacrificio y perdían más partidos de los que ganaban.  En uno de esos partidos me reencontré luego de muchos años, con quien fue maestro de muchas generaciones campeonas en Bohemios, el profe Arruti, que era oriundo y técnico del Defe.

Hasta hace pocos años, en su lindo gimnasio cerrado seguía existiendo el viejo tablero donde se indican los puntos del locatario y el visitante. Era de chapa, todavía tenía la propaganda original de Pepsi de los años ´70. Los números se movían a mano por algún gurí que siempre andaba en la vuelta. 

Hoy los chiquilines de formativas están impecablemente vestidos con camisetas relucientes y equipos largos, en la cancha tienen tanteador electrónico, baños nuevos con cerámica y agua caliente, tableros de acrílico y van a jugar mañana la final de +35. 

Defensores llegó invicto, volvieron viejas glorias que se iniciaron en el club, practican 3 o 4 veces por semana y piensan volver a competir en el torneo de tercera de ascenso. El trabajo rindió sus frutos, el barrio agradecido.

Veteranos mundialistas.


En Tesalonika, Grecia, se jugará en julio el XII campeonato mundial de maxi basquetbol de FIMBA.

Participarán 180 equipos de casi 40 países, en 15 categorías (9 masculinas y 6 femeninas).
Uruguay viaja con una delegación de 140 personas en 7 categorias (+35, +45, +50 , +55, +60, +65 y F45), con un total de 100 jugadores.
 
El jugador de más edad uruguayo que ha participado es Enrique Baliño, con 84 años en Natal 2011. Fue medalla de bronce olímpica en Helsinki 1952. Y sigue acompañando.

Me despido con la consigna de los veteranos:

¡No le agregue años a su vida, agregue vida a sus años!

¡Allá voy! ¡Salú!


Comentarios
  
amigo  Osimani,  es la primera vez que me llega un  email  tuyo, no  tengo  faacebook, te conozco  por tu muy  buena campaña,  te diré que me emocionó  que hubiesen nombrado  a El  Faro,  cuadro  ya olvidado ,  si no  fuese por un  puñado  de muchachos que  lo  conocian, con  su nombre se apuntaron  en los veteranos, lo cual  me alegré y fui a verlos algunos partidos, yo  tengo  ya  78  años,  fuí  jugador  del mismo  durante  28  años o mas , estuvimos en  lra. del año  53 al  63, una fecha  gloriosa de nuestro Basket, luego  hasta el  2000  juguè en varios cuadros veteranos ,  e integrante de la delegacion  uruguaya y  campeón  Mundial, ahora, integro  como  socio  fundador y  colaborador por el gimnasio , te agradezco tus notas, espero seguir recibiendo,  ya que las que mandaste son  de Grecia ,

un abrazo  Jorge Mulet


viernes, 21 de junio de 2013

Fogata de San Juan

Se caen las últimas hojas, la poda prepara la resistencia. Llega el invierno y uno se repliega, con la esperanza de brotar nuevamente unos meses más adelante. 

De chico mi madre me contaba de las fogatas de San Juan, que celebraban en la bodega de su familia. Rito ancestral, ofrenda a la tierra, donde cada uno echaba al fuego sus males, sus desgracias,  generando  cenizas para que abonen los nuevos brotes de la primavera.

En la noche del 23 de junio, se celebra el final de la poda, la amputación de las ramas que prepara a la planta para  resistir al invierno. Según como se haga, la poda determina la cantidad y el sabor de las uvas que “parirán” vino en la vendimia del marzo siguiente.

Las fogatas de los cuentos para mi fueron un misterio durante mucho tiempo.

Grande fue mi sorpresa, cuando veinte años después que mi madre me lo contara, una familia chacarera de la zona de camino Mendoza, en los límites de Montevideo, me invitan a celebrar la víspera de San Juan. Alrededor de la fogata, a medianoche, compartimos un vino caliente, disfrutando del horizonte lleno de fogatas y resplandores, increíbles, como si fueran el efecto especial de una película. 

Simplemente fuego y gente celebrando alrededor. La noche oscura, el frío y las sombras en los rostros causando un poquito de miedo, que se disimulaba en el apretuje grupal. 

Cada uno echaba a la hoguera un papelito, donde iba escrito lo que quería olvidar.

San Carlos

Un 24 de junio de 1935, en una fogata en Medellín pasó a la inmortalidad el "Mago". Reencarnó y se multiplicó en muchos “zorzales criollos”: 

Otro 24 en la iglesia de la Unión, en medio de los fieles el cura hace una señal y muchos morochos flaquitos, bien trajeados, cantan a capela "Cuesta Abajo", "Volver", "El día que me quieras", con devoción digna de un San Carlos. La piel se te eriza bajos los abrigos. 

También baja y vuelve a cantar para la fonoplatea de la radio Clarín. Todos los años, el 24 de junio canta las 24 horas para los viejos talleres y boliches de barrio que tienen clavado el dial en el 580AM, tema por tema hasta completar su discografía. 

Para toda la cuenca del plata… por los siglos de los siglos.

Sant Joan, el catalán

Un cantautor llamado Joan, es el mejor pintor de la fiesta de su santo en Cataluña. Al revés que en el sur, allí se festeja el solsticio de verano, la alegría y el rebrote  de la naturaleza y de los cuerpos. Beben, bailan y caminan sobre las brazas. La muchedumbre abre los poros al calor y al amor hasta altas horas de la madrugada. 

Vayan subiendo la cuesta, que arriba mi calle, se vistió de fiesta…

Gloria a Dios en las alturas,
recogieron las basuras
de mi calle, ayer a oscuras
y hoy sembrada de bombillas.
en la noche de San Juan,
cómo comparten su pan,
su mujer y su gabán,
gentes de cien mil raleas.

Y hoy el noble y el villano,
el prohombre y el gusano
bailan y se dan la mano
sin importarles la facha.

Juntos los encuentra el sol
a la sombra de un farol
empapados en alcohol
magreando a una muchacha. 

Y con la resaca a cuestas
vuelve el pobre a su pobreza,
vuelve el rico a su riqueza
y el señor cura a sus misas.

Se acabó,
el sol nos dice que llegó el final,
por una noche se olvidó
que cada uno es cada cual.

Vamos bajando la cuesta
que arriba en mi calle
se acabó la fiesta.

Joan Manuel Serrat

Si quiere escuchar “Fiesta” de Joan Manuel con imágenes de las fogatas catalanas oprima aquí: http://www.youtube.com/watch?v=Ykzxx8iQJro




viernes, 14 de junio de 2013

Por la Unión y por la Vasca

De Pocitos a la Unión. Barrios hermanados por el basquetbol y por dos kilombos que suenan parecido.

Cosquillas en las barrigas adolescentes

Hay pocos que se han animado a cantarle al kilombo del barrio. Que yo conozca el Sabalero con su tema “La Mama Juana” y el “gallego” Manuel Capella, autor de “Por la Unión y por la Blanca”.

El gallego murió la semana pasada y en el programa "Americando" lo homenajearon a través de su hermoso tema sobre la Unión. La canción me trasladó al barrio, recordando el año `86 en que jugué en el club Larre Borges.


El tema de Capella pinta muy bien las calles, los lugares que bien conocí y la historia del barrio. Entre las postales  intercala “candombe del debutante en los trasparentes, cosquillas en las barrigas adolescentes”, debutantes que nerviosos esperaban su turno en “La Blanca”, el lupanar más famoso de la Unión.

Cerca de Bohemios, el club donde me inicié como basquetbolista,  también había una casa de "chicas que fuman". Se llamaba “La Vasca” y en ella debutó medio Pocitos. La Vasca era tema recurrente en las charlas y bromas masculinas de los años de mi adolescencia. Tan famosa era que tenía un delivery.  En la puerta del club albimarrón paraba la camioneta destartalada, a la que le habían puesto un llamativo cartel en la puerta: “La Vasca. Móvil 1”.

El club de la camiseta de ajedrez

A pesar de que mi pasaje por Larre Borges fue muy malo desde el punto de vista deportivo, recuerdo con mucho cariño unas cuantas cosas que ví y aprendí en la Unión.

Desde el principio quedé maravillado con la salida para los partidos en dos viejos ómnibus ACLO de UCOT, llenos de niños, mujeres, hinchas y jugadores. Todos juntos cantando y alentando. Los domingos por la noche, en los partidos de "Segunda de ascenso", mis oídos no acreditaban las cosas que escuchaba gritar, sobre todo a las mujeres. Pensar que con esas boquitas también decían “Te quiero”.

Aprendí que no se necesita salir campeón para festejar. Cualquier pretexto puede servir. Un cumpleaños, sacar a la quiniela, acertar a los burros, cobrar el aguinaldo o ganar un partido, todo puede ser motivo para una comida de festejo. Los viernes siempre había algo en la cantina, se cantaba y se tocaba el tambor. A los jugadores que defendíamos los colores queridos, nunca nos dejaban pagar nada. A cambio nos pedían lo mínimo que se puede pedir: sudar la camiseta y dejar todo en la cancha. Si se ganaba mejor, y si no, ya habría revancha. 

En el Larre hice muchos amigos. Algunos tenían orígenes muy humildes. Varios venían del otrora famoso barrio Puerto Rico, donde en la primera mitad del novecientos, se había formado un bajo con varios cabarets, de los que las letras de tango dejaron testimonio. El basquetbol del Larre sacó a varios muchachos de situaciones de vida complicadas, y los hizo hombres de bien. ¡Y divertidos!

...
Bajo esta lluvia de vino no hay quien soporte
la seguimos bajo techo en el Larre Borges
ya el candombe está escorado y se desbarranca
y es por la Unión compañero... y es por la Blanca.
 ...
El seis de enero - por ahí cerquita de lo de la Blanca - en la Unión –
los tambores empiezan a reventar y se desparraman por todo el barrio. ¿Pero sabés una cosa?
A veces no hace falta que sea el seis de enero o el cinco de noche
o qué se yo – por ahí cualquier día sirve ¿no?
Eso sí – hace falta que sea en la Unión.
Allá por la sombra de la vieja plaza de toros
o más atrás en el hombro de Villa Española – la puerta del Puerto Rico-
En la Unión...

Recitado de Manuel Capela en su tema Por la Unión y por la Blanca:

Si quieren escuchar al “gallego” cantando el tema entero opriman aquí:

miércoles, 5 de junio de 2013

Un muchacho de barrio

El barrio es como la vieja, hay uno solo. Es la infancia y la adolescencia, la escuela, los amigos y el club. Es el primer amor y también aquella vecinita que era tan linda y nunca nos dió ni la hora.
He aquí una pequeña historia de 3 muchachos de barrio.

Las estrellas de la esquina de la casa de mi vieja

Aníbal llegó a Montevideo desde Salto, siendo un adolescente. No conocía a nadie. Su primer año se lo pasó de matiné en matiné, todos los fines de semana en el cine Arizona de la calle Rivera.

Así, hasta que un día de 1948 un vecino, el Pocho, le dice:
- Bo, botija, te gusta jugar al fóbal.
- Si, por supuesto.

Con 16 años jugó en la reserva del primer partido del equipo que se estaba formando en el barrio: el 25 de Agosto. El cuadrito de la esquina fue creciendo, se transformó en club y para jugar había que ser socio. Aníbal muestra con orgullo su tarjeta de aquellos años, el socio número 11.

- Para mí el único club que hay es el 25, no existe otro- dice con convicción y firmeza.

Lo bautizaron el "Gaucho". Al tiempo se cumplen sus sueños de chiquilín, lo ascienden al primero. Empezó en la liga Punta Carretas, donde el club era imparable y el se lucía en el armado del juego. A los 20 años lo vienen a buscar de un equipo profesional de primera división. Todos los fines de semana juega en River Plate. Siempre que puede se da una escapada y vuelve a jugar con sus amigos del barrio.

En 1954 lo citan para el combinado celeste, integra la preselección que va a ir al mundial de Suiza. Hace toda la gira previa, va quedando en el equipo definitivo. Está casi pronto para ir, con el traje y los zapatos bien lustrados. Una mañana se levanta y va a buscar el periódico que infaltablemente el canillita dejaba por debajo de la puerta de su casa. En los titulares, vió que Juan Eduardo Hohberg, argentino de nacimiento y que hacia varios años brillaba en el club Peñarol, acababa de sacar la ciudadanía uruguaya, quedando habilitado para jugar en la selección.
Esa misma tarde, luego de la práctica le informan que queda desafectado. El "Gaucho" Aníbal García da Rosa, jugaba en el mismo puesto que Hohberg.

Aníbal supo pasar por todos los roles en el club de sus amores, socio, jugador de futbol y de bochas, directivo y presidente. Después del trabajo, una vuelta por la casa y en la nochecita, todos los días al club. En los años ´70 participó en la organización del carnaval del 25. Inventó los clásicos duelos de los parodistas Gabys vs. Klapers, donde los espectadores votaban quién era el ganador. El tablado se llenaba y los chorizos se vendían como loco.

Hoy tiene 80 años, el doctor y las nanas le tienen prohibido ir a los partidos. Solo los puede ver por la tele. Cada tanto se da una vuelta y conversa con Sandalio, el canchero, para ver como está todo: los viejos amigos, la directiva, los nuevos jugadores, el campeonato y las formativas, la cantera social.

Pasados 65 años de socio -tantos años como el club-,  la anécdota que más recuerda es la de un día que el 25 iba a jugar una final en la liga amateur. Serio, le fue a hablar el Pocho Vergara, el presidente:

- Aníbal te necesitamos para la final
- No puedo Pocho, tengo partido con River a la misma hora.
- ¡Dale Gaucho!, no nos podés fallar.
- Además,  yo no le voy a sacar el puesto nadie.
- Vos andá, y si falta uno jugás.

Fue a River y le explicó la situación al doctor --de cuyo nombre no se acuerda para no comprometerlo--, le pidió que le haga un certificado de que estaba enfermo para poder faltar.
El doctor accedió: sinusitis, ¡no puede jugar!

Cuando se acuerda del médico que le hizo la gamba, lo justifica, cómplice, diciendo:

- El entendió que yo tenía que estar en la final con mis amigos. Se ve que también era un muchacho de barrio.

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NOCTURNO A MI BARRIO
(de Aníbal Troilo)

Mi barrio era así... así...así...
que se yo si era así...
pero yo me lo acuerdo así,
con Giacumin
el cabuña de la esquina
que tenia las hornallas llenas de hollín
y que jugaba de jas izquierdo,
siempre al lado mio siempre...
siempre...
quizas...
para estar más cerca de mi corazón...
dicen que me fuí del barrio...
dicen que me fuí del barrio...
cuando?
pero cuando?
si siempre estoy llegando,
y si una vez me olvidé;
las estrellas de la esquina de la casa de mi vieja,
titilando como si fueran manos amigas, me decian
nenequedate aquí!, quedate aquí, quedate aquí.

Si quiere ver a Aníbal Troilo, recitando Nocturno de mi barrio sobre Quejas de Bandoneón oprima aquí:
http://www.youtube.com/watch?v=MqUwK-ENAjU