Crónicas del barrio, la ciudad y el mundo

Crónicas del barrio, la ciudad y el mundo
Casuales casualidades, me llevaron a nacer... en Montevideo

viernes, 27 de diciembre de 2013

La Navidad por skype

En estas semanas festivas tuve la oportunidad de ir a un cumpleaños muy exótico. Entre los asistentes habían 3 uruguayas retornadas para pasar las fiestas, hacer la temporada o probar instalarse con sus parejas extranjeras. Entre ellos españoles y cubanos. Músicos, floristas, mozos y cineastas, que con alegría encaraban una nueva vuelta en el camino de sus vidas.


A los pocos días de llegar ya estaban organizandose, buscando trabajo y aparecieron las primeras oportunidades.

Pasadas dos semanas, luego de hacer una cola con 200 cubanos, argentinos, alemanes y norteamericanos, todos salieron orgullosos de la oficina de migraciones con su flamante cédula de identidad uruguaya. La felicidad de esos hombres, no había plata con que pagarla.


El "país del año" está bien cotizado, tiene buena prensa. Muchos extranjeros y uruguayos emigrados vuelven para encarar una nueva vida en el Uruguay.

Los españoles estaban copados de poder disfrutar de una Navidad con calor, en un diciembre totalmente festivo del principio al fin. Acostumbrados con sus parejas uruguayas a pasar muertos de frío, aguantando hasta las 4 de la mañana para comunicarse por skype con los parientes de Uruguay. A través de la computadora escuchaban y saludaban los sonidos de la calle, los vecinos compartiendo una copa y el estruendo de los cuetes como sonido de fondo.

- Es raro esto de los "cohetes" en navidad- me comentó el andaluz.
- Una fiesta de puta madre- asintió el madrileño.
- ¡Poné un regetón, chico!- grito el cubano mientras empezó un contoneo con todo el cuerpo, empezando por los hombros y terminando con la cadera toda descuajeringada. ¡Flor de perreo se mandó!

Si bien Uruguay ha mejorado mucho, los que vivimos acá sabemos que tenemos un montón de problemas. Tenemos el mejor ingreso per cápita de latinoamérica, pero vivir acá nos cuesta el doble. Somos como el club de barrio que viene de tercera de ascenso, en vertiginosa campaña y con mucho esfuerzo llega a segunda y siempre tiene aspiraciones de jugar en primera. Cuando se estudian los números para jugar en primera, el club se da cuenta que esta lejos, que hay que remar mucho más.

Todo nos cuesta el doble de verdad. Comparemos con España, pese a que está en reseción hace muchos años, presenta beneficios imposibles para nosotros. Por ejemplo, una pareja se puede mantener con el ingreso de uno de sus integrantes, incluso con un seguro de paro -el "paro" como le dicen ellos-, da para que coman dos personas. Por cada año trabajado tienen derecho a cuatro meses de paro, con un máximo de 24 meses.

Los recién llegados se dan cuenta de los problemas que hay acá, pero ven algo que a nosotros a veces nos cuesta reconocer: ven que la gente está más alegre y esperanzada; a diferencia de donde vienen, donde cunde la desesperanza y no se avisora el fondo del pozo.

El Uruguay sigue siendo un país generoso. Hay lugar para todos. Eso vale doble.

¡Feliz Navidad!

¡Feliz año si no nos vemos!

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Yo no sé de dónde soy,
mi casa está en la frontera (BIS)

Y las fronteras se mueven,
como las banderas. (BIS)

Mi patria es un rinconcito,
el canto de una cigarra. (BIS)

Los dos primeros acordes
que yo supe en la guitarra (BIS)

Soy hijo de un forastero
y de una estrella del alba,
y si hay amor, me dijeron,
y si hay amor, me dijeron,
toda distancia se salva.

No tengo muchas verdades,
prefiero no dar consejos. (BIS)

Cada cual por su camino,
igual va a aprender de viejo. (BIS)

Que el mundo está como está
por causa de las certezas (BIS)

La guerra y la vanidad
comen en la misma mesa (BIS)

Soy hijo de un desterrado
y de una flor de la tierra,
y de chico me enseñaron
las pocas cosas que sé
del amor y de la guerra.

Frontera de Jorge Drexler

viernes, 20 de diciembre de 2013

Las luces navideñas de 18



- Viejo, quiero que esta noche me lleves a ver las luces de 18-, pidió Graciela, firme e imperativa, a su veterano esposo de 70 años.

El pedido de la doña sonó raro, una formulación como de otro tiempo, incluso por el lugar de sus deseos: el viejo y demodé centro Montevideano.

La percanta había escuchado en la radio que la vieja principal avenida de la ciudad cumplía 170 años. En 1943 la nombraron 18 de julio y dejó de ser un trillo por encima de la cuchilla. También oyó que hace 60 años de que se instalaron las primeras luces de colores en las esquinas que tuvo la ciudad, los  semáforos.

Arrancaron en el viejo De Soto del año '54 que Alberto aún conservaba de su padre, único dueño.

Se bajaron en la Plaza del Entrevero. Estaba llena de pájaros nocturnos, flores y gauchos enredados, todos iluminados por festivas luces. Las guirnaldas trepaban por los troncos de los árboles y se bifurcaban por las ramas.

- Qué maravilla esos cilindros que pusieron con luces azules que se elevan hacia el cielo, ¿qué son Alberto?

- Tenés que mandarte hacer lentes nuevos querida, son las palmeras, tienen una guirnalda torneada alrededor.

En la esquina de 18 y Julio Herrera, decenas de parejas de veteranos tomados de la cintura,  cachete con cachete movían las gambas al ritmo del 2 por 4. Se animaron y entraron a la improvisada pista. Bailaron un tango, una milonga y con un valcesito giraron infinitamente en torno a un árbol de navidad gigantesco. Las mejillas y los torsos apretados, las caderas un poquito separadas, medio repingadas hacia atrás,  los pies entrelazados iban y venían.

Siguieron caminando hacia la Plaza Libertad. Las luces de 18 estaban espectaculares y las guirnaldas nuevas brillaban con motivos navideños, contrastando y realzando los jóvenes plátanos, bien verdes y esbeltos.

- ¿Te acordás cuando volvimos del exilio de Francia en el `85?,  18 de julio estaba sin árboles. Los milicos habían cortado todo. 18 estaba peladita, gris, como si recién hubiese salido de la cana. 

- Pah!, tenés razón. ¡Mirá que linda que está ahora!

En la piel sintieron el calor del tórrido fin de año del 2013 y se estremecieron recordando aquellos fines de año nevados en Europa, se les vino a la mente aquel momento del Uruguay, cuando no le ganábamos a nadie y andábamos casi derrotados, resistiendo.

Se fueron silvando bajito, se pararon debajo del monumento a la Libertad, estiraron el brazo con la máquina de foto en la punta de la mano, como dos adolescentes, y se sacaron un autoretrato sonriente.

De la cabeza de los veteranos o desde el boliche en la rinconada de la vieja Onda, se escuchaba un old-hit que hablaba de otro tiempo, de otro Uruguay.

Se  nos viene Fin de año, Festejamos Navidad
Los ensayos Se complican, Preparando Carnaval 


Ya está cerca Fin de año, En Holanda En Canadá
Los muchachos Congelados, Recordando Carnaval

Uruguayos Uruguayos
Donde fueron
A parar
Por los barrios
Mas remotos
De Colombes
O Amsterdam

Antes éramos campeónes, Les íbamos a ganar
Hoy somos los sinvergüenzas, Que caen a picotear
Trabajador inmigrante, Es la nueva profesión
Al que agarran sin papeles, Lo fletan en un avión

Uruguayos...

Ayer recibí una carta, Directa de Nueva York
De mi amigo el Horacio, Trabaja de soldador
Ahora tiene colachata, Alfombra y calefacción
Parece cosa de locos, Le va cada vez peor


Extraña la gente nuestra, Que te habla sin despreciar
Extraña el aire del puerto, Cuando anuncia el temporal
Y sin embargo recuerda, Las cosas por la mitad
Se olvida las que pasaba, Antes de irse para allá

Uruguayos...

Volver no tiene sentido, Tampoco vivir allí
El que se fue no es tan vivo, El que se fue no es tan gil
Por eso si alguien se borra, Qué le podemos decir
No te olvides de nosotros, Y que seas muy feliz


viernes, 13 de diciembre de 2013

La bajada del año

¿Cuándo empieza el verano? ¿Cuándo empieza la bajada de fin de año?
Sin lugar a dudas, estamos cada vez más festejeros y las despedidas empiezan antes.

imagenLas murgas finalizan sus actuaciones con la despedida. La última parte de la despedida es la
"bajada", con la que se retiran bajando del tablado. En ella ponen todo el corazón y queman  lo último que le queda de las castigadas cuerdas vocales, siempre con la promesa y el sueño de volver en el próximo carnaval.

Lo mismo nos pasa todos los años con la bajada final de ese pedazo de tiempo único e irrepetible que es un año en nuestras vidas. En diciembre hechamos el resto de energía tratando de festejar en el medio del último esfuerzo para terminar lo que viene retrasado.

Hasta agotar los días del almanaque


Los estudiantes queman sus pestañas para aprobar los exámenes. Los artesanos hacen su zafra en las ferias que hay por toda la ciudad. Los vendedores queman sus piernas retrillando clientes intentando las últimas ventas para llegar a la meta trazada por la gerencia. Un veterano quema calorías, aumentando la intensidad de  su rutina deportiva en el gimnasio para bajar aceleradamente ese flotador que le quedó trancado en la cintura desde el último baño del verano anterior. El flotador resistió todo el invierno en su lugar y ahora se ve reforzado por la cerveza de las últimas comilonas. El entrenador de Peñarol quema unas cañitas voladoras, a ver si logra que el fin de año llegue antes para ahorrar días de sufrimiento a la parcialidad carbonera en un semestre nefasto.

Los diferentes talleres, coros, grupos de teatro aumentan sus horas de preparación para que la muestra de fin de año sea digna de mostrar a los parientes y amigos. Por las noches se suceden las despedidas de los distintos lugares de inserción, el trabajo, los compañeros del ex-trabajo, el gremio, la comisión de fomento y los amigos del club.

En Uruguay, el proceso de cierre del año arranca cada vez más temprano. Luego del día de los muertos, los shoppings ya ponen los adornos de Navidad, tratando de estirar la "zafra" de las fiestas a un par de meses. Ya hay algunas empresas que para no tener problemas de agenda adelantan sus despedidas para fines de noviembre. A veces se hace difícil encontrar un día libre donde juntarse con los amigos del "barrio viejo" o con el recientemente formado grupo de facebook de cuarto de escuela y  el de quinto de liceo.


Para muchos jóvenes radioescuchas, la bajada empezó el 4 de diciembre cuando lo determinó Darwin Desbocatti y el programa radial "Justicia Infinita". A todo plena, al son de una música irresistiblemente bailonguera, la consigna fue: "lo que no hiciste hasta ahora, ya no lo vas a hacer, largate a festejar y chau". En todos los trabajos se armaron farándulas y la gente mandaba las fotos a la radio que las publicaba en internet.

Antes del batllismo y la separación de la iglesia del estado, la bajada empezaba cuando el obispo de Montevideo y otras localidades costeras del interior bajaban a la playa el 8 de diciembre y bendecían las aguas. En el día de la Inmaculada Concepción de la Virgen María ("la pura y limpia" se le decía)  quedaba inaugurada la temporada estival. Hasta hace poco en los típicos almanaques de las farmacias el 8 de diciembre figuraba en rojo, con una laica descripción: "Día de las Playas".


Cuando yo era chico, por los años ´70, el clima de fiesta empezaba cuando la empresa de aviación brasilera Varig, sacaba al aire en televisión su publicidad "Estrela brasileira". Durante muchísimos años, esta publicidad era el símbolo de que el año terminaba y estaba por venir Papá Noel.

De niño yo creía que Santa Claus era un simpático gordo brasilero que venía en Varig con el bolso lleno de ticholos, chicles Ploc, rapadura y bombones Garoto.




Para celebrar este maravilloso año 2013, que mejor que una de las más grandes retiradas de murga, final de un espectáculo que marcó un punto de inflección en el género. Es un homenajea al loco que paraba en la estación del tren, ese loco que todos llevamos dentro y que todos los años sale a festejar "como loco" que esta vivo, soñando con un nuevo viaje en el tren de los sueños.

¡Por un año más, salú!


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Chau
Las luces se encienden al marchar
El Loco se aleja a algún lugar,
Lágrimas y abrazos se ven hacia atrás,
se van a borrar
Ya se va El Tren de los Sueños ya partió
La Murga en el último vagón,
Hace un juramento para retornar otro Carnaval

Quizás en una curva cuando empiece a amanecer,
Habrá alguna Murga que se mueva como él
Adiós, lo estamos viendo recitar versos de alcohol
Jamás olvidaremos al Loco de la Estación.

Y cuando un soplo del viento
Nos venga anunciando que es tiempo de regresar,
Volverá el tren de los sueños
Para revivir el ensueño del Carnaval

Ya se va, El Tren de los Sueños ya partió
La Murga en el último vagón,
Hace un juramento para retornar, otro carnaval
Chau
Las luces se encienden al marchar
La Murga se muere un poco más
Y es tu Contrafarsa que vuelve a jurar
Que va a regresar

Bajada de la retirada El loco de la estación
Murga Contrafarsa 2000
Letra de Alvaro García

viernes, 6 de diciembre de 2013

Recovecos Montevideanos: El balcón de la Ramírez


Antigua playa Patricio cortada por los "dados". Arriba a la derecha la UTU.
Este caminito me lo pasó un vecino cuando me mudé al Cordón Sur. Solo lo conoce la gente del barrio. Cuando el mar está un poco picado es imposible recorrerlo, es un jabón.

Por debajo del balcón de la Ramirez, se llega a los "dados", enormes cubos de hormigón que van hasta el otro balcón que hay frente a la embajada de Estados Unidos. Esos dados son los que cortan la entrada del mar a la vieja playa "Patricio", que antes de la rambla estaba a la altura de Gonzalo Ramírez y Gaboto.





Construcción de los "dados"
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En una hermosa tardecita por la playa Ramirez, nos fuimos con mi hijo menor a recorrer la rambla por el lado de abajo del muro. Estaba verde de algas secadas por el sol. Parece una alfombra, dijo mi hijo. El agua estaba trasparente y no se escuchaba el sonido de los autos que volvían de sus trabajos. Solo el sonido del mar, el chapoteo de las olas sobre las rocas y algún pájaro, disfrutando tranquilo, mirando al horizonte, igual que nosotros.



Luego de dar toda la vuelta por debajo del murallón a la altura de la pista de patín, seguimos por los dados de hormigón que soportan los embates del mar a la altura de la embajada de Estados Unidos.

Los obreros y la grua sobre los "dados". Al fondo el Parque Hotel
Terminado el recorrido, subimos por el balcón a la altura de la calle Minas y  nos fuimos al bar Tinkal a tomar algo y ver bajar el sol. Junto a nosotros había turistas: japoneses hablando en inglés, una pareja de brasileros con dos hijos chiquitos. En una mesa más allá dos cuarentonas hablaban de sus últimos amores.
Con Manuel hablamos de las palmeras pindó que se elevan en la plaza frente a la embajada y de un ceibo recién florecido. La flor nacional, igual que el que hay en la escuela Simón Bolivar.

Retornando a casa saludamos al monumento a la reina del mar: María, Marina, Stella Maris, Iemanjá.

Dos chicas disfrutaban de los últimos rayos tibios en un hermoso apartamento con balcón en la esquina de Eduardo Acevedo. Tomando algún caliborato escuchaban al mango una canción bien marinera: "Os peixinhos do mar", tradicional brasilero que nos trae saudades de nuestros orígenes migrantes.

Como gusta de decir Eduardo Galeano: los uruguayos descendemos de los barcos.


Gente que vem de Lisboa
Gente que vem pelo mar
Laço de fita amarela
Na ponta da vela
no meio do mar

Ei nós, que viemos
De outras terras, de outro mar
...

Quem me ensinou a nadar
Quem me ensinou a nadar
Foi, foi marinheiro
Foi os peixinhos do mar

Gente que viene de Lisboa
Gente que viene por el mar 
Lazo de cinta amarilla
En la punta de la vela
en el medio del mar

Y nosotros que venimos
de otras tierras, de otro mar
...

¿Quién me enseñó a nadar?
¿Quién me enseñó a nadar?
Fue, fue marinero
Fue el pecesito del mar


Peixinhos do mar. Tradicional brasilero por Milton Nascimento
Escuchelo aqui:



Recomendamos la exposición virtual de fotos del CDF (Centro de Fotografía de la IMM) sobre la construcción de la Rambla Sur:
http://cdf.montevideo.gub.uy/exposicion/construccion-de-la-rambla-sur-y-su-incidencia-en-la-ciudad-fotografias-del-cdf#