En estas semanas festivas tuve la oportunidad de ir a un cumpleaños muy exótico. Entre los asistentes habían 3 uruguayas retornadas para pasar las fiestas, hacer la temporada o probar instalarse con sus parejas extranjeras. Entre ellos españoles y cubanos. Músicos, floristas, mozos y cineastas, que con alegría encaraban una nueva vuelta en el camino de sus vidas.
A los pocos días de llegar ya estaban organizandose, buscando trabajo y aparecieron las primeras oportunidades.
Pasadas dos semanas, luego de hacer una cola con 200 cubanos, argentinos, alemanes y norteamericanos, todos salieron orgullosos de la oficina de migraciones con su flamante cédula de identidad uruguaya. La felicidad de esos hombres, no había plata con que pagarla.
El "país del año" está bien cotizado, tiene buena prensa. Muchos extranjeros y uruguayos emigrados vuelven para encarar una nueva vida en el Uruguay.
Los españoles estaban copados de poder disfrutar de una Navidad con calor, en un diciembre totalmente festivo del principio al fin. Acostumbrados con sus parejas uruguayas a pasar muertos de frío, aguantando hasta las 4 de la mañana para comunicarse por skype con los parientes de Uruguay. A través de la computadora escuchaban y saludaban los sonidos de la calle, los vecinos compartiendo una copa y el estruendo de los cuetes como sonido de fondo.
- Es raro esto de los "cohetes" en navidad- me comentó el andaluz.
- Una fiesta de puta madre- asintió el madrileño.
- ¡Poné un regetón, chico!- grito el cubano mientras empezó un contoneo con todo el cuerpo, empezando por los hombros y terminando con la cadera toda descuajeringada. ¡Flor de perreo se mandó!
Si bien Uruguay ha mejorado mucho, los que vivimos acá sabemos que tenemos un montón de problemas. Tenemos el mejor ingreso per cápita de latinoamérica, pero vivir acá nos cuesta el doble. Somos como el club de barrio que viene de tercera de ascenso, en vertiginosa campaña y con mucho esfuerzo llega a segunda y siempre tiene aspiraciones de jugar en primera. Cuando se estudian los números para jugar en primera, el club se da cuenta que esta lejos, que hay que remar mucho más.
Todo nos cuesta el doble de verdad. Comparemos con España, pese a que está en reseción hace muchos años, presenta beneficios imposibles para nosotros. Por ejemplo, una pareja se puede mantener con el ingreso de uno de sus integrantes, incluso con un seguro de paro -el "paro" como le dicen ellos-, da para que coman dos personas. Por cada año trabajado tienen derecho a cuatro meses de paro, con un máximo de 24 meses.
Los recién llegados se dan cuenta de los problemas que hay acá, pero ven algo que a nosotros a veces nos cuesta reconocer: ven que la gente está más alegre y esperanzada; a diferencia de donde vienen, donde cunde la desesperanza y no se avisora el fondo del pozo.
El Uruguay sigue siendo un país generoso. Hay lugar para todos. Eso vale doble.
¡Feliz Navidad!
¡Feliz año si no nos vemos!
-----
Yo no sé de dónde soy,
mi casa está en la frontera (BIS)
Y las fronteras se mueven,
como las banderas. (BIS)
Mi patria es un rinconcito,
el canto de una cigarra. (BIS)
Los dos primeros acordes
que yo supe en la guitarra (BIS)
Soy hijo de un forastero
y de una estrella del alba,
y si hay amor, me dijeron,
y si hay amor, me dijeron,
toda distancia se salva.
No tengo muchas verdades,
prefiero no dar consejos. (BIS)
Cada cual por su camino,
igual va a aprender de viejo. (BIS)
Que el mundo está como está
por causa de las certezas (BIS)
La guerra y la vanidad
comen en la misma mesa (BIS)
Soy hijo de un desterrado
y de una flor de la tierra,
y de chico me enseñaron
las pocas cosas que sé
del amor y de la guerra.
Frontera de Jorge Drexler
A los pocos días de llegar ya estaban organizandose, buscando trabajo y aparecieron las primeras oportunidades.
Pasadas dos semanas, luego de hacer una cola con 200 cubanos, argentinos, alemanes y norteamericanos, todos salieron orgullosos de la oficina de migraciones con su flamante cédula de identidad uruguaya. La felicidad de esos hombres, no había plata con que pagarla.
El "país del año" está bien cotizado, tiene buena prensa. Muchos extranjeros y uruguayos emigrados vuelven para encarar una nueva vida en el Uruguay.
Los españoles estaban copados de poder disfrutar de una Navidad con calor, en un diciembre totalmente festivo del principio al fin. Acostumbrados con sus parejas uruguayas a pasar muertos de frío, aguantando hasta las 4 de la mañana para comunicarse por skype con los parientes de Uruguay. A través de la computadora escuchaban y saludaban los sonidos de la calle, los vecinos compartiendo una copa y el estruendo de los cuetes como sonido de fondo.
- Es raro esto de los "cohetes" en navidad- me comentó el andaluz.
- Una fiesta de puta madre- asintió el madrileño.
- ¡Poné un regetón, chico!- grito el cubano mientras empezó un contoneo con todo el cuerpo, empezando por los hombros y terminando con la cadera toda descuajeringada. ¡Flor de perreo se mandó!
Si bien Uruguay ha mejorado mucho, los que vivimos acá sabemos que tenemos un montón de problemas. Tenemos el mejor ingreso per cápita de latinoamérica, pero vivir acá nos cuesta el doble. Somos como el club de barrio que viene de tercera de ascenso, en vertiginosa campaña y con mucho esfuerzo llega a segunda y siempre tiene aspiraciones de jugar en primera. Cuando se estudian los números para jugar en primera, el club se da cuenta que esta lejos, que hay que remar mucho más.
Todo nos cuesta el doble de verdad. Comparemos con España, pese a que está en reseción hace muchos años, presenta beneficios imposibles para nosotros. Por ejemplo, una pareja se puede mantener con el ingreso de uno de sus integrantes, incluso con un seguro de paro -el "paro" como le dicen ellos-, da para que coman dos personas. Por cada año trabajado tienen derecho a cuatro meses de paro, con un máximo de 24 meses.
Los recién llegados se dan cuenta de los problemas que hay acá, pero ven algo que a nosotros a veces nos cuesta reconocer: ven que la gente está más alegre y esperanzada; a diferencia de donde vienen, donde cunde la desesperanza y no se avisora el fondo del pozo.
El Uruguay sigue siendo un país generoso. Hay lugar para todos. Eso vale doble.
¡Feliz Navidad!
¡Feliz año si no nos vemos!
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Yo no sé de dónde soy,
mi casa está en la frontera (BIS)
Y las fronteras se mueven,
como las banderas. (BIS)
Mi patria es un rinconcito,
el canto de una cigarra. (BIS)
Los dos primeros acordes
que yo supe en la guitarra (BIS)
Soy hijo de un forastero
y de una estrella del alba,
y si hay amor, me dijeron,
y si hay amor, me dijeron,
toda distancia se salva.
No tengo muchas verdades,
prefiero no dar consejos. (BIS)
Cada cual por su camino,
igual va a aprender de viejo. (BIS)
Que el mundo está como está
por causa de las certezas (BIS)
La guerra y la vanidad
comen en la misma mesa (BIS)
Soy hijo de un desterrado
y de una flor de la tierra,
y de chico me enseñaron
las pocas cosas que sé
del amor y de la guerra.
Frontera de Jorge Drexler