Crónicas del barrio, la ciudad y el mundo

Crónicas del barrio, la ciudad y el mundo
Casuales casualidades, me llevaron a nacer... en Montevideo

viernes, 14 de junio de 2013

Por la Unión y por la Vasca

De Pocitos a la Unión. Barrios hermanados por el basquetbol y por dos kilombos que suenan parecido.

Cosquillas en las barrigas adolescentes

Hay pocos que se han animado a cantarle al kilombo del barrio. Que yo conozca el Sabalero con su tema “La Mama Juana” y el “gallego” Manuel Capella, autor de “Por la Unión y por la Blanca”.

El gallego murió la semana pasada y en el programa "Americando" lo homenajearon a través de su hermoso tema sobre la Unión. La canción me trasladó al barrio, recordando el año `86 en que jugué en el club Larre Borges.


El tema de Capella pinta muy bien las calles, los lugares que bien conocí y la historia del barrio. Entre las postales  intercala “candombe del debutante en los trasparentes, cosquillas en las barrigas adolescentes”, debutantes que nerviosos esperaban su turno en “La Blanca”, el lupanar más famoso de la Unión.

Cerca de Bohemios, el club donde me inicié como basquetbolista,  también había una casa de "chicas que fuman". Se llamaba “La Vasca” y en ella debutó medio Pocitos. La Vasca era tema recurrente en las charlas y bromas masculinas de los años de mi adolescencia. Tan famosa era que tenía un delivery.  En la puerta del club albimarrón paraba la camioneta destartalada, a la que le habían puesto un llamativo cartel en la puerta: “La Vasca. Móvil 1”.

El club de la camiseta de ajedrez

A pesar de que mi pasaje por Larre Borges fue muy malo desde el punto de vista deportivo, recuerdo con mucho cariño unas cuantas cosas que ví y aprendí en la Unión.

Desde el principio quedé maravillado con la salida para los partidos en dos viejos ómnibus ACLO de UCOT, llenos de niños, mujeres, hinchas y jugadores. Todos juntos cantando y alentando. Los domingos por la noche, en los partidos de "Segunda de ascenso", mis oídos no acreditaban las cosas que escuchaba gritar, sobre todo a las mujeres. Pensar que con esas boquitas también decían “Te quiero”.

Aprendí que no se necesita salir campeón para festejar. Cualquier pretexto puede servir. Un cumpleaños, sacar a la quiniela, acertar a los burros, cobrar el aguinaldo o ganar un partido, todo puede ser motivo para una comida de festejo. Los viernes siempre había algo en la cantina, se cantaba y se tocaba el tambor. A los jugadores que defendíamos los colores queridos, nunca nos dejaban pagar nada. A cambio nos pedían lo mínimo que se puede pedir: sudar la camiseta y dejar todo en la cancha. Si se ganaba mejor, y si no, ya habría revancha. 

En el Larre hice muchos amigos. Algunos tenían orígenes muy humildes. Varios venían del otrora famoso barrio Puerto Rico, donde en la primera mitad del novecientos, se había formado un bajo con varios cabarets, de los que las letras de tango dejaron testimonio. El basquetbol del Larre sacó a varios muchachos de situaciones de vida complicadas, y los hizo hombres de bien. ¡Y divertidos!

...
Bajo esta lluvia de vino no hay quien soporte
la seguimos bajo techo en el Larre Borges
ya el candombe está escorado y se desbarranca
y es por la Unión compañero... y es por la Blanca.
 ...
El seis de enero - por ahí cerquita de lo de la Blanca - en la Unión –
los tambores empiezan a reventar y se desparraman por todo el barrio. ¿Pero sabés una cosa?
A veces no hace falta que sea el seis de enero o el cinco de noche
o qué se yo – por ahí cualquier día sirve ¿no?
Eso sí – hace falta que sea en la Unión.
Allá por la sombra de la vieja plaza de toros
o más atrás en el hombro de Villa Española – la puerta del Puerto Rico-
En la Unión...

Recitado de Manuel Capela en su tema Por la Unión y por la Blanca:

Si quieren escuchar al “gallego” cantando el tema entero opriman aquí:

No hay comentarios:

Publicar un comentario