Crónicas del barrio, la ciudad y el mundo

Crónicas del barrio, la ciudad y el mundo
Casuales casualidades, me llevaron a nacer... en Montevideo

jueves, 19 de junio de 2014

Yo lo soñe. Nosotros lo soñamos.

Hoy la frase del viernes son un montón de frases de la victoria y una pequeña reflexión sobre la derrota y el exceso de humildad.

"No está descartado para el mundial" (el doctor Pan)

"Yo lo soñe" (el pistolero resucitado)

"El gol fue un 90% de Walter Ferreira" (El pistolero sobre el kinesiólogo de la selección, que a su vez está luchando por su vida)

"Yo no salgo nada". (Palito al doctor Pan luego de reventarse la cabeza)

"JoseMa, estás jugando un mundial con 19 años, y en enero tenés edad para jugar el sudamericano sub-20"- le dijo el periodista a José María Gimenez que responde: "Vamos a ver si el técnico me cita".

"No seremos muy atractivos, no jugaremos muy lindo, pero..." (El troesma)


"Yo creo que el mundial sería muy aburrido si todos jugaran igual" (idem)

"Cuando se pierde no está todo mal y cuando se gana no pasa a estar todo bien" (idem)

"En este nivel, la distancia entre ganar y perder es ínfima" (idem)
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En la euforia del triunfo, no quiero perder la oportunidad para reflexionar sobre la derrota de la semana pasada, ya que de las derrotas es de donde se aprende más.

Mi tesis es que contra Costa Rica no hubo subestimación del rival, contra eso trabajo mucho el maestro; lo que me parece que hubo es exceso de respeto por el contrario.

La humildad es una virtud, pero el exceso de esa virtud se transforma en un defecto. Es una debilidad que muchas veces tenemos como sociedad. El fútbol en este caso, como manifestación cultural de un pueblo se encarga de mostrarla.

Escuche varias veces a los comentaristas decir que no sabemos jugar con el traje de favorito y es una gran verdad. Desde las luchas por la independencia, siempre aliados o peleados con dos vecinos gigantes, jugamos a resistir, luchamos por ser, por existir. La guerra de guerrillas la practicaba Artigas hace 200 años, pequeños ataques rápidos para sorprender al enemigo siempre más poderoso y enseguida se replegaba a defenderse en el lejano norte.

Cuando tenemos que jugar al ataque nos cuesta mucho, en eso tenemos que mejorar, aprender a jugar con traje de favorito. Sabemos muy bien ir vestidos con un humilde y trabajador overol, pero también tenemos que saber lucir un traje de Mutoni, a veces es necesario. 

Volvimos a jugar en las grandes ligas, en el fútbol y como sociedad, la garra nos sobra, pero con eso solo no alcanza, en todos los recovecos del mundo se juega y se compite cada vez mejor, tenemos que  luchar por mejorar la calidad. Esa no es tarea del maestro Tabarez, es tarea de todos y empieza en cosas chiquitias, en el baby futbol, en el mini basquet, en las escuelas y los liceos, en el trabajo; debemos planificar mejor y aprender a tocar más, siempre apostando al equipo.

Orgulloso de ser uruguayo, hoy quiero brindar con agua del río grande como mar, que a veces baja media revuelta de las entrañas de América del Sur, a veces baja trasparente, siempre mezcla de agua dulce con un poco de sal.


Mezcla de agua dulce
Mezcla de agua y sal
Aldea dentro de esta aldea universal
...
Nunca favoritos
Siempre desde atrás
Milagro que nos abraza
En el minuto final

Soy,
Celeste soy
Soy,
Celeste

...
Somos de la sangre
Del Maracaná
Y somos la locura
Que picó el penal

Con el viento en contra
Metiendo pedal
Repecho y bajada
Desde el litoral
 

Descolgando el cielo
Tres millones van
Color que ilumina sueños
Orgullo de identidad  


Fragmento de "Descolgando el cielo" de Pitufo Lombardo 


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