Crónicas del barrio, la ciudad y el mundo

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Casuales casualidades, me llevaron a nacer... en Montevideo

viernes, 13 de septiembre de 2013

Uruguayos, sangre de campeones



Semanalmente doy clases de gestión de proyectos. Para ilustrar y discutir la gestión en Uruguay, utilizo ejemplos de la selección uruguaya de fútbol. 

En el 2010 con el campeonato del mundo de Sudáfrica me fue fácil hablar de buenas prácticas de gestión en la celeste. En el 2011 con la copa América mucho más. El problema fue sostener eso en el 2012, luego de que la selección hiciera un solo punto en 5 partidos.

En esos momentos de derrota igual saqué buenos apuntes. Recuerdo cuando un periodista después de un empate en el estadio Centenario le plantea al Maestro que Uruguay se quedó sin piernas. Tabárez respondió como un excelente gestor: Veremos si es lo que a usted dice, veremos que dicen los indicadores. Echando por tierra el talenteo y el me parece, al otro día presentó  números, datos objetivos que marcaban que solo en 15 minutos el juego del rival había sido más intenso que el nuestro.

La planificación del trabajo de las selecciones formativas es un ejemplo. Se intenta construir una pirámide de jugadores, para que en unos años alguno de ellos llegue al vértice y pueda renovar la selección nacional. La sorpresa de Giménez debutando en "la mayor" con 18 años no fue una improvisación o una inspiración. Fue el resultado de un trabajo consciente y sistemático de muchos años. Lo mismo pasó con Coates en la Copa América, o Lodeiro en el repechaje contra Costa Rica. 

¿Cuántas instituciones planifican tan bien su renovación? ¿en el gobierno como andamos con este tema?

La política de comunicaciones de la selección es impecable. A cargo del área no está un idóneo, un  RRPP o un figureti, está un Licenciado en Ciencias de la Comunicación. Todos los miembros del equipo saben lo que se puede decir y lo que no; los periodistas saben lo que se puede preguntar. Es más fácil enterarse de lo que se habló en una sesión secreta del Consejo de Ministros que lo que se trató en un vestuario de la selección.

Para recordar que es lo que pasa cuando no se trabaja seriamente el área de comunicaciones y de recursos humanos, tenemos a la selección mayor de basquetbol en el último premundial. Es una lástima que unos y otros abran la boca más de lo debido y nosotros tengamos que ver y oler los trapitos sucios a través de los medios.

El fútbol de Uruguay está siempre en la conversación, arruinando la fiesta del rival más copetudo. Recordemos que somos el único país que clasificó a todos los mundiales juveniles de los últimos años. 

Estaría bueno que el proceso de trabajo, la planificación y el monitoreo con indicadores objetivos de cada jugador y del juego en su conjunto, se sigan aplicando después de la era Tabárez.

Cito al Tato López, uno de los primeros en visualizar la mejora de gestión:

El programa de selecciones del Maestro Tabárez se ha situado más allá del bien y el mal. Y ahora, ¿hacia dónde puede crecer esta ascendente realidad? ¿Dijiste campeones del mundo? ¿Medalla de oro en la Olimpíada? ¿Otra Copa América? ¡Pah, qué bueno estaría! Claro que eso no depende solo de nosotros: los rivales también juegan. ¡Y qué buenos son!
Si me dan a elegir, me quedo con la construcción de lo irreversible.

Esa construcción de lo irreversible es el salto cualitativo, el sostener la metodología de trabajo que no asegura los triunfos, pero si ayuda y garantiza un mínimo nivel de calidad.

Me preocupa que el derrame de las buenas prácticas a otras áreas de la sociedad es lento o casi nulo. Para empezar la propia AUF, planifica mal y empieza la competencia interna un mes después que los países vecinos, lo que hace que los clubes uruguayos vayan a la Copa Sudamericana peor preparados que el resto; o recuerden la última final del uruguayo que se hizo un día martes. ¿Si ganaba Defensor cuando acababa el campeonato?

Si se acaba el tiempo de bonanza y nos vuelve a tocar una época de malas, espero no volvamos a recurrir solo a  la manoseada y desgastada garra celeste. No nos olvidemos que siempre que ganamos, lo hicimos con calidad. Siempre las dos juntas, garra y calidad. 

En 1930 ya estaban claros estos conceptos.

Uruguayos, sangre de campeones,
uruguayos, garra y calidad.

…..
(fracción de Vayan pelando las chauchas)

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