Las cantinas de los clubes van desapareciendo, ¿los nuevos medios de comunicación y relacionamiento la sustituyen como guardianes de la historia de las instituciones barriales?
El día en que casi no estábamos en la wé
En 1990, luego de un par de años sabáticos basquetbolísticos, volví a las canchas. Mi amigo de la infancia, Gustavo Olivetti me dijo que el club 25 de Agosto estaba bueno. No hay plata pero sobran las comidas después de los partidos.
Me tiré por la bajada de Rossell y Rius, pasé por la bodega Mera y fui a dar al club. Probé suerte. 25 había bajado a tercera, ese año nos tocó ser campeones y ascender nuevamente. Luego de los partidos, la cantina rebozaba de alegría hasta altas horas de la madrugada. Allí pude aprender muchas cosas que no me habían enseñado en facultad. La historia del barrio, del club, anécdotas y formas diversas de buscarse la vida, de apechugarla y compartirla con alegría con los amigos.
En los primeros partidos el Bebe Barrera, un personaje del club, me llevó de copas y se esforzó por contarme la historia del club que yo estaba defendiendo. Recorrimos como cinco boliches por Rivera, desde Rossell y Rius hasta Luis Alberto de Herrera. Yo vivía cerca y no me había percatado de que habían tantos boliches en solo 6 cuadras. Fue como una alucinación nocturna. Al Bebe lo conocían en todos lados, era muy querido y nos recibían como reyes. No me dejó pagar ni una.
Hoy día los clubes de barrio ya casi no tienen cantinas. Han cambiado los hábitos, la gente no va, se queda en la casa, llaman al delivery y miran tele o se enredan en las redes.
¿Adónde va ahora el loco del barrio si no puede ir a buscar cigarros o hacer los mandados para los parroquianos de la cantina?
La tradición oral, vehículo fundamental intergeneracional para trasmitir valores y saber donde uno está parado, se sustituye ahora por los múltiples y efímeros contactos de las redes sociales y algún que otro blog.
Cuando al Bebe le tocó partir, la barra del club se tomó unas cuantas en su honor, esperando la madrugada en la cantina de la sala velatoria. El alcohol, las anécdotas y los recuerdos exorcizaron la muerte, celebrando la vida de un gran tipo.
Anoche busqué en google “Club Atlético 25 de Agosto”, aparecieron 2 o 3 links, uno a wikipedia muy simple, dos a blogs que tienen como 10 años sin mantenimiento. También apareció un grupo en facebook. Nada más. Lo único que había de historia del club eran unas notas que hice en el 2001 a varios fundadores del club. Los de mi generación todavía tenemos los cuentos y la historia en la cabeza. Vamos a tener que hacer algún blog para que se mantenga la historia y se enriquezca con otras nuevas.
Que no pisa más el bar.
(de Brindis por Pierrot de Jaime Roos)
Si lo quieren ver al Canario Luna cantándola en su plenitud:http://www.youtube.com/watch?v=T-Kgw-GJalY
También disfrutarán de ver a un peludo Pitufo Lombardo en los platillos, un pibe flaquito que es Pinocho Routín, al bigotudo Benjamín Medina y toda la Falta en la cantina del Club de Bochas Congreso. ¿Existirá esa cantina? ¿Tendrá el billar? ¿Cómo va la bocha? ¿Habrá perdido el pelo?
Dicen que ahora Molina se la toma en la casa.
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