Sin panfletos, con mucho respeto, reflecciones sobre la educación y la
filosofía oriental. Lo escribió en su facebook mi hijo Joaquín de 18 años,
que aprendió a pensar libremente en la enseñanza pública, a la cual estamos muy agradecidos y por la cual seguimos trabajando.
Les vengo a compartir algo desde mi respeto y "devoción" a éstas dos grandes culturas, para leer algo diferente en momentos de conflicto. Estas dos fotos demuestran una de las grandes diferencias culturales que tenemos con China y Japón.
La primera fue tomada en Hiroshima unas pocas semanas después de la explosión de la bomba atómica, las clases se retomaron con los únicos recursos que pudieron acceder: unos bancos, un maestro y algunos niños que tuvieron la suerte (o desgracia) de haber sobrevivido luego de vivenciar el infierno mismo sobre su propia ciudad.
La educación es realmente la base de la sociedad japonesa, además del espíritu de no rendirse nunca, si quieren saber cual es el secreto de una potencia indestructible como Japón, ahí los tienen.
La segunda foto fue tomada luego de un terremoto en China, los niños sentados en escombros y la maestra reposada sobre una pared derruída. A la derecha, sobre la pared, se ve un fragmento de una frase que dice: "Hǎo hǎo xué xí, tiān tiān xiàng shàng" algo así como "estudia mucho y día a día mejorarás". Como ven, la educación también es fundamental en China , ya lo decía Confucio hace 2500 años! El confusionismo habla frecuentemente sobre como debería ser una sociedad para que funcione correctamente, y la educación para todos es un tema recurrente en su filosofía.
La educación es fundamental en toda sociedad y está bien luchar para mejorarla cuanto más se pueda, pero con las medidas que se están tomando, los únicos que terminan perdiendo son los niños, no el gobierno, ni los maestros. Educar no es sólo enseñar matemáticas, historia, etc, educar es dar el ejemplo y enseñar que la única forma de mejorar es comprometiéndose al trabajo que uno se dedica, sin importar los recursos que uno tenga, sin importar que tu ciudad se halla derrumbado o que halla sufrido el horror y la destrucción de una bomba atómica. Si uno se esfuerza y lucha por algo, sin exigirle cosas a los demás y sin compararse con los otros, seguramente pueda alcanzar su objetivo.
Eso es algo que a la sociedad Uruguaya todavía le queda mucho por aprender, el compromiso y el trabajo duro, y sobre todo apreciar todas las cosas que tenemos y que nos dan, en vez de quejarse por las que no. Si aprendieramos eso el país se iría para arriba.
La primera fue tomada en Hiroshima unas pocas semanas después de la explosión de la bomba atómica, las clases se retomaron con los únicos recursos que pudieron acceder: unos bancos, un maestro y algunos niños que tuvieron la suerte (o desgracia) de haber sobrevivido luego de vivenciar el infierno mismo sobre su propia ciudad.
La educación es realmente la base de la sociedad japonesa, además del espíritu de no rendirse nunca, si quieren saber cual es el secreto de una potencia indestructible como Japón, ahí los tienen.
La segunda foto fue tomada luego de un terremoto en China, los niños sentados en escombros y la maestra reposada sobre una pared derruída. A la derecha, sobre la pared, se ve un fragmento de una frase que dice: "Hǎo hǎo xué xí, tiān tiān xiàng shàng" algo así como "estudia mucho y día a día mejorarás". Como ven, la educación también es fundamental en China , ya lo decía Confucio hace 2500 años! El confusionismo habla frecuentemente sobre como debería ser una sociedad para que funcione correctamente, y la educación para todos es un tema recurrente en su filosofía.
La educación es fundamental en toda sociedad y está bien luchar para mejorarla cuanto más se pueda, pero con las medidas que se están tomando, los únicos que terminan perdiendo son los niños, no el gobierno, ni los maestros. Educar no es sólo enseñar matemáticas, historia, etc, educar es dar el ejemplo y enseñar que la única forma de mejorar es comprometiéndose al trabajo que uno se dedica, sin importar los recursos que uno tenga, sin importar que tu ciudad se halla derrumbado o que halla sufrido el horror y la destrucción de una bomba atómica. Si uno se esfuerza y lucha por algo, sin exigirle cosas a los demás y sin compararse con los otros, seguramente pueda alcanzar su objetivo.
Eso es algo que a la sociedad Uruguaya todavía le queda mucho por aprender, el compromiso y el trabajo duro, y sobre todo apreciar todas las cosas que tenemos y que nos dan, en vez de quejarse por las que no. Si aprendieramos eso el país se iría para arriba.
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