Crónicas del barrio, la ciudad y el mundo

Crónicas del barrio, la ciudad y el mundo
Casuales casualidades, me llevaron a nacer... en Montevideo

viernes, 25 de octubre de 2013

Dos ruedas de libertad.

La ciudad y el mundo en bicicleta


A los 8 años, los reyes me trajeron una inmaculada Graciela Flor rodado 20. Se plegaba por la mitad y tenía  contrapedal y una parrilla atrás, sobre la cual llevaba parado a mi hermano menor, que se tomaba de mis hombros.

Después que aprendí a andar, me atreví solo y arranqué con la Graciela en un largo viaje más allá de la esquina. Me gustó, con emoción y cara de susto di la vuelta por la calle Coronel Brandzen, otra vuelta por el gigante Boulevard Artigas y con gran exitación seguí pedaleando por la antigua Carapé. La primer vuelta manzana fue interminable. Por fin llegué nuevamente a la puerta de mi casa, con una sonrisa leí la chapa con la dirección: DuvimiosoTerra1524apartamento5, como me habían enseñado a repetir de memoria.

Me sentí un conquistador, un Cristóbal Colón cualquiera. Descubrí que el mundo era circular y alcanzable.

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De joven, el Pocho había sido ciclista. En el 88 era el bicicletero del barrio. No se que tal le fue en las carreras, pero como aventurero no anduvo mal: se fue al mundial de México '70 en chiva con un amigo. Sin un peso en el bolsillo.

Fueron por el Pacífico, se quedaban en cuarteles de bomberos, o en casa de gente que los invitaba. La prensa los entrevistaba y siempre aparecía alguien dispuesto a dar una mano. De premio, luego de 6 meses de viaje, vieron a Uruguay obtener un honroso cuarto puesto en el mundial. El último antes de 40 años de la gran decadencia futbolística, política y cultural.

Un día Pocho me contó que había un uruguayo de 58 años que estaba dando la vuelta al mundo. En esa época no existían las bicicletas de montaña ultra-livianas, ni materiales especiales de sobres de dormir y carpas. Si existía, como en todos los tiempos, las ganas del ser humano de navegar por el mundo.

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Jean Paul es hijo de un francés y una uruguaya. Vive en Francia y cuando yo lo conocí por los años 90 ya llevaba varias vueltas en bicicleta por América, África y Europa. Un año cada viaje. Pasó por Uruguay y era el primer viajero en bici que conocía. Lo invité a tomar una copa en un boliche típico del barrio: la Bodega Mera en Rossell y Rius esquina Méndez Nuñez, en la esquina del club.

La grapa con limón fue el combustible con que dimos varias vueltas al mundo, acodados en el viejo mostrador de mármol, junto a amigos y parroquianos. Cada cual traía sus anécdotas, sus aventuras y desventuras, sus triunfos y sus cuentos exóticos. Yo le regalé el libro de mi amiga Anita: "Juan y la bicicleta encantada", el me dejó de regalo una cantidad de historias y un sueño que me sigue picando.
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"Si piensas que la aventura es peligrosa, prueba la rutina, es mortal"
Paulo Coelho


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Aviso: El próximo domingo 27 de octubre se vota un nuevo presupuesto participativo en Montevideo. Los que quieran pueden votar apoyando la creación de más ciclovías. Por más información:
http://www.unibici.edu.uy/Donde-votar-las-propuestas-29-y-30
http://www.unibici.edu.uy/Donde-votar-las-propuestas-34-y-35

viernes, 18 de octubre de 2013

La recompensa es el camino... y es en repecho

Somos un pueblo sufrido, acostumbrados a la lucha de largo aliento, de resistencia, de contraataques y zarpazos fulminantes. En el fútbol y en la vida somos rebeldes y tenaces. Desde la época de la independencia, pasando por  los olímpicos del siglo XX, los mundiales y la lucha contra la dictadura.


Ser, existir, seguir luchando y estar cada tanto en alguna fiesta es nuestro mayor triunfo.

Vamos a clasificar al mundial, pero nuestro camino es en repecho. Hace 4 eliminatorias en las que el repechaje está asegurado. Lo más increíble es que en esta última edición, mejoramos e hicimos un punto más que en la anterior y además terminamos 3 puntos más cerca del primero, pero igual quedamos quintos. Los demás mejoraron, se entreveraron y la tenemos que seguir peleando.
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Luego del resonante triunfo en la Batalla de las Piedras, primer éxito revolucionario en todo el Río de la Plata, la nacionalidad oriental se empezó a gestar en una derrota. El Éxodo del Pueblo Oriental, la "redota" como le decían los paisanos, fue el primer repechaje que tuvimos que encarar los orientales para clasificar en al nuevo mundial de los libres. En 1811 no tuvimos que ir a Jordania pero fuimos al lejano Salto Oriental. Varios días de viaje y no en avión precisamente. Preferimos dejar las casas abandonadas, quemar todo antes que arriar las banderas o mal negociarlas con el enemigo.

La prueba de nuestra resistencia y tesón está en que somos la única provincia que Argentina no pudo retener y la única colonia que el imperio del Brasil no pudo reconquistar.

Somos de los pocos equipos en América que les jugamos de igual a igual a nuestros gigantes y ricos vecinos, cada tanto les faltamos el respeto y les ganamos. En casa o a domicilio.

Estamos sextos en el ranking FIFA, posición impensada 10 años atrás. También tenemos problemas, como dijo aquel filósofo: "problemas tenemos todos". En el centro de la cancha, en la retención de pelota, en los pases, tenemos carencias que hay que mejorar. Nos falta afianzar a uno o dos jugadores que paren la pelota, piensen, miren a los costados, la cambien de lado, y eso no es fácil.

A lo largo de la historia hemos tenido algunas victorias resonantes y muchísimas derrotas. Nos sentimos orgullosos si la derrota es digna, peleada hasta el final. Sabemos que en esa derrota digna se está forjando nuestro renacer, fortalecidos. Este equipo conoció de los mejores triunfos y en el 2012 de los peores bajones, y se levantaron.

Yo les agradezco y pienso como el Maestro: "yo soy hincha de los perdedores que se transformaron en ganadores después de haber perdido".

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Si quieren acompañar con música, recomiento "Descolgando el cielo" de Pitufo Lombardo en:
http://www.youtube.com/watch?v=XnAWw4aVt9M

viernes, 11 de octubre de 2013

Patrimoniando Tangos




El día del patrimonio, dedicado al tango nos recuerda una anécdota que vivimos hace poco y que nos dejó pensando que no solo por el fútbol somos conocidos en el mundo.

 Llegando a Grecia, de pasada para el mundial de veteranos de basquetbol en Salónica, nos quedamos un par de días en Atenas.


Grande fue la sorpresa al ingresar al Museo de la Acrpópolis cuando la cajera nos pregunta de donde somos, le decimos uruguayos y con una sonrisa nos invita a un espectáculo de Tango que habría por la noche. Era el Festival Mundial de Tango, organizado por el gobierno Griego y la embajada de Argentina.

- Uruguayos, saben bailarlo, ¿no?-, nos pregunta alegre de encontrase con dos visitantes oriundos del remoto Río de la Plata.

Las caras nuestras fueron un poema, sobre todo la mía. Bailo candombe, murga, rock, cumbia, capoeira, pero tango no me animo, le tengo mucho respeto. Como representante de nuestra cultura en tierras helénicas fui un desastre.

Al salir del hermoso museo, a los pies del Partenón, disfrutamos de una orquesta griega interpretando varios tangos, entre ellos la Cumparsita. A falta de bandoneón, tenían una armónica. Nunca había visto ese instrumento en el tango, daba una impresión media rara, parecía un chiste, pero pasados unos minutos, se escuchaba bastante bien. En el medio de la explanada, muchísimas parejas disfrutaban de bailar bien pegaditos, abrazados, con cortes, quebradas y una mano en la cintura que marcaba las figuras.

El colmo fue cuando nos íbamos, ya que escuchamos al embajador de la "otra orilla" discurseando en un pésimo inglés, diciendo que el tango surgió en las orillas de Buenos Aires. Se le olvidó un pequeño dato, que la UNESCO lo declaró patrimonio de la humanidad de Montevideo y Buenos Aires.

Me fui caliente, ninguneado. Como dijo Jaime: otra fiesta que miraba de reojo y yo, sin saber bailar.

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Para ilustrar esta crónica, pensé en poner un tango bien oriental. Elegí Garufa, creado en uno de los viejos ranchos de Pocitos, cerca de la costa, paraíso de la bohemia, el canto, las comidas y la amistad, de la que son herederos varios clubes de pesca y deportivos de la zona, entre ellos mi club, que en lunfardo tanguero es el "tuentifai".

Cuando fui a buscar un interprete para Garufa, empezaron nuevamente los problemas con los vecinos del Plata por el tema de las papeleras. Recordé al embajador argentino en Grecia y tuve la intensión de elegir un tango uruguayo, cantado por un uruguayo. Pero por más que estemos divorciados desde hace casi 200 años con la política porteña, con los argentinos somos familia y tenemos varios hijos en común. El tango es uno de ellos y es hijo de las dos orillas.

Así que los dejo con la  interpretación del "Feo" Edmundo Rivero, que hace la versión más linda.

Del barrio La Mondiola sos el más rana
y te llaman Garufa por lo bacán;
tenés más pretensiones que bataclana
que hubiera hecho suceso con un gotán.


Durante la semana, meta laburo,
y el sábado a la noche sos un doctor:
te encajás las polainas y el cuello duro
y te venís p'al centro de rompedor.

Garufa,
¡pucha que sos divertido!
Garufa,
ya sos un caso perdido;
tu vieja
dice que sos un bandido
porque supo que te vieron
la otra noche
en la calle San José.


Garufa
Música: J.A. Collazo. Letra:Fontaina y Soliño. 1927

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Garufa por Edmundo Rivero cliquée a continuación:
http://www.youtube.com/watch?v=a51yz3n7Qwc



viernes, 4 de octubre de 2013

La primer frase del viernes me salvó la plata en el encuentro Genexus

La primer frase del viernes fue un mail que envié a mis compañeros de trabajo el 31 de agosto de 2012. Solo era una frase pelada con el nombre de su autor. El día estaba hermoso y yo venía de hacer ejercicio en el club. Había olor a viernes y quería festejarlo con los que comparto la mayor parte del tiempo en mi vida.

Pasaron varios viernes y me empezó a gustar; los comentarios y devoluciones estimularon mucho, me acordé de que hacía muchos años había estudiado Ciencias de la Comunicación y que tenía un montón de libretitas con anotaciones abandonadas en un cajón. 
A veces la frase se transformó en un tema musical, en un pensamiento, una foto y otras en un cuento. Con el tiempo se hizo blog.

Esta semana di un par de charlas en el "Encuentro Genexus", congreso del producto uruguayo con que desarrollamos decenas de miles de informáticos alrededor del mundo. Para la primer charla  me exprimí la neurona y los sentidos, le metí unos cuantos condimentos. Mi compañero de estrado también estuvo muy ocurrente y suelto. Teníamos punch como para sacar la modorra a los oyentes. Si uno no le pone un poco de humor, piel y sabores, las charlas técnicas se hacen pesadas.

Para la del segundo día no tenía ninguna mecha para meter e iba derecho a presentar un bodrio. Minutos antes de subir al estrado, adelante de 500 butacas llenas de gente inteligente y exigente, que venía de todas partes del mundo, me vino a la cabeza la primer frase del viernes. Me sirvió para ordenar el discurso e ilustrar el proyecto desafiante y divertido del que tenía que hablar.

"Elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un día de tu vida"

Confusio

La parte técnica era esperada y hasta cierto punto sabida, así que conté de la emoción que implicó meterse a trabajar con un generador nuevo de Genexus para teléfonos inteligentes, en un proceso de Beta Tester, que implica encontrar errores, sugerir mejoras al producto y revolverte para que quede todo funcionando en el cliente. En pocas palabras, participamos de la "cocina" de un producto nuevo, innovador y que sin darnos cuenta iba a ser la primer aplicación en producción hecha con Genexus Tilo offline.

Cuando pensé en la frase, dos minutos antes de subir, lo que me vino a la cabeza fue el placer de resolver el problema y el extasis que viene después del vértigo de tener que poner a funcionar un sistema en un plazo corto, con presupuesto reducido y una herramienta inacabada. Para eso estudiamos ingeniería.

La presentación gustó. Era una experiencia nueva. Había jugado en estadios con mucha gente gritando, aplaudiendo y puteando, en primera, segunda y tercera división con la pelota anaranjada, pero nunca con un micrófono y una idea para contar. Nadie llevó el tanteador, pero por los comentarios recibidos, creo que nuestro equipo ganó... con un tiro libre en la hora de un recién ingresado, un tal Confusio.

Disfruten de su trabajo, siempre hay una vuelta interesante para buscarle.

Feliz viernes para todos.